|ANGIE|
Dejo que sus labios se apoderen de los míos, aunque mi boca apenas se mueve en respuesta a los suyos que con voracidad parecen querer devorarme por completo. En medio de ese beso salvaje, sus manos se aventuran bajo la tela de mi vestido, buscando tocarme. Su respiración se agita con el deseo, mientras intenta explorar más, pero antes de que llegue más lejos, retiro suavemente sus manos y termino el beso, sonriendo con un cansancio sutil.
—Quiero dormir —susurro con voz queda.
Armin no responde, pero la frustración se refleja en su rostro. Sin apartar la mirada de mí, se pone de pie en silencio y camina hacia el oscuro cuarto de baño. Está molesto, frustrado, y entiendo la razón. También yo me siento así. Quizás el sexo podría aliviarme un poco, pero ni siquiera puedo disfrutar plenamente de eso en este momento por el riesgo de un embarazo.
Mi mente vuelve a Jack. Esa parte de mí que anhela liberarse de todo esto se siente aliviada con Jack. Él me hace feliz, su presencia me calma y me recuerda mi propia libertad. Pero cuando miro a Armin, un profundo afecto brota dentro de mí y todo lo que quiero es darle amor, cuidado. No quiero lastimar a ninguno de los dos. En estos momentos, desearía que Paula estuviera aquí conmigo... Era una mentirosa y muchas cosas más, pero al menos era lista en esto del amor.
El dolor interno se intensifica y, antes de que las lágrimas broten, me acurruco de lado en la cama, deseando dormir y esperar que toda esta pesadilla termine. Cierro los ojos, agradecida de sentir un poco de sueño que espero me envuelva pronto y me quedo de esta manera.
(***)
Suelto un gruñido, cuando siento que alguien me mueve el hombro. Me aferro al sueño por un momento, pero pronto unos brazos me levantan, obligándome a abrir los ojos. La habitación está envuelta en completa oscuridad y me doy cuenta de que Armin, me está cargando en brazos, llevándome hacia algún lugar. Trato de ver su expresión, pero la oscuridad lo impide.
Pronto se detiene, me baja con cuidado y me doy cuenta de que estamos en el cuarto de baño. No tengo idea de cuánto dormí, pero seguramente fue lo suficiente por la oscuridad nocturna que envuelve todo el lugar.
—Está muy oscuro... ¿Quieres que encienda la luz? —pregunto sintiendo cosquillas, mientras él intenta quitarme el vestido apresuradamente.
—No —responde con firmeza en el silencio profundo que nos rodea.
Me sorprende su tono, pero no insisto. Él me gira y baja la cremallera de mi vestido, quitándomelo con rapidez. Ahora, sin tela que nos separe, me vuelvo hacia él, sintiendo su tacto recorrer mi cuerpo. Me acaricia, me toca, me aprieta en lugares que lo excitan y despiertan cosas en mí...
Envuelvo mis brazos alrededor de su cuello y aunque mi mente intenta negarme este placer, me permito sentir un poco más. La leve claridad de la noche entra por las altas ventanas con rejas, permitiéndome distinguir algunas formas y colores. Paso mis manos por su torso desnudo, sintiendo la firmeza de sus músculos bajo mis dedos. No necesito verlo claramente para apreciar su desnudez. Me gusta contemplarlo así, dejando que la oscuridad me obligue a sentirlo, tocarlo y permitirme imaginarlo.
ESTÁS LEYENDO
CALIBAN
ParanormalDurante toda su vida el encierro y la soledad fueron sus únicos amigos, hasta que encontró a una persona valiente que se atrevió a hacer algo peligroso: amarlo. El amor era la única salvación para Angie, quien fue en busca de una salida a sus proble...