Cap. 11 "Ten cuidado con el corazón"

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Aldrick le solicitó a Hermione que se quedara cuidando a Draco, aunque la castaña rechistó y protestó, de nada de le valió, era la única que en ese momento podía hacerlo, ya que había que ponerle el ungüento en las manos cada hora, aunque de último Aldrick le había aclarado.

“Así tienen que ser las cosas, Hermione Granger, no serán los únicos que sean lastimados, si logro que todos salgan con vida, será un gran logro, los sacrificios… serán tan dolorosos, que no podrán soportarlo, tienes que creer en ese ser odioso que es Draco Malfoy, mira que tu vida podría estar dependiendo de el”

-Mentiras – bufó Hermione y rodeó a Draco, le parecía horrendo, con esa piel pálida azulosa, esos horribles cabellos rubios, debería estar muy loca como para interesarse en el… ella era superior a él, en muchos aspectos, ella era un ser humano y él una lacra social.

-MMMM – se quejó Draco y ella quedó inmóvil, pero no despertó

-Malfoy no se sacrificaría ni por su madre – Seguía con sus pensamientos oscuros y caminaba de un lugar a otro a orillas de la cama - ¿Cómo puede pedirnos Aldrick que lo cuidemos? Ya habla incoherencias igual que Luna… y eso que es mi amiga pero…

Mientras que en sus sueños, Draco estaba inquieto, soñaba que iba corriendo en un pasillo oscuro, con el rostro de Anga siguiéndole y diciéndole con su vos herrumbrosa que debía ser su aliado, de pronto se detenía, Narcisa estaba ahí, frente a el, con la mirada perdida, la ropa rasgada y cubierta de sangre, en una actitud demencial.

“Dracoooooooooooooooooooooooo”

“¿Mamá?”

“Draco… hijo querido”

“Madre… ¿Por qué me dejaron solo?”

“Por que te lo merecías”

“¡No es verdad, no debieron dejarme solo!”

“¿Quieres que te perdonemos? Debes obedecer a Anga”

“¿Por qué? ¡No quiero! Solo quiero regresar a casa, aunque esté solo porque ustedes están muertos”

“Si obedeces a Anga, viviremos para ti” – se acercó el rostro cetrino y demoníaco de Narcisa, cuya belleza se había perdido

“Nada puede revivirlos”

“¡obedece a Anga, desgraciado!” – Gritó Narcisa con voz asquerosa, acercando su rostro asqueroso, deforme y con un líquido verdoso escurriendo de las comisuras labiales

“No puedes…”

“¡Obedécele es una orden de tu madre!” – y le sujetó el rostro con sus manos descarnadas y el en un acto instintivo, agarró las manos para quitársela de encima… aunque fuera del sueño y en su delirio, había agarrado las manos de Hermione en un gran susto para la chica.

-¡NOOOOOOO! – gritó el rubio, tomándole las manos con fiereza y levantándose de la cama tirando a Hermione al piso con el encima.

-¡AYYY, BRUTO! – Se quejó la chica con Draco sobre ella, sudando copiosamente y respirando agitadamente.

-N-nadie le ordena nada a Draco M-Malfoy – murmuró mirando nublosamente el rostro de Hermione.

-Eso ya lo sabemos pero ¡Quítate de encima!

-Y-yo no tengo miedo… s-solo estoy confundido…N-no me hagan daño…

-¿De que hablas? – Gruñó Hermione, pero no podía quitarse a Draco de encima, los ojos grises estaban empequeñecidos y brillaban con inocencia, su rostro no parecía tan desagradable y poco endurecido.

La Leyenda del Hada y el MagoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora