cap. 51: Desesperanza

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Ronald no pudo hablar con Karin, quien por fin arribó a su hermosa habitación, las cuales estaban llenas de flores, diminutas aves que entraban y salían, aparte que era multicolor, aunque no se veía mucho amontonamiento, era una habitación preciosa.

Los hechiceros fueron llevados a un edificio especial, en donde todos estarían juntos y con poca privacidad, por lo que por ahí, algunos entendieron que deberían guardar sus ímpetus para otra ocasión...

Y durante el almuerzo, Karin no estuvo presente... claro, el único que podría extrañarla horrores era Ron, y su tristeza era tan evidente... la mesa era muy larga, pues eran muchos elfos, y muchas hadas que compartían en ese momento, Karewit y las otras reinas, así como Irina y Viridiana, hablaban sobre la boda...

Según la tradición en una boda entre un hada y un mago, ambos debían estar en oración a sus respectivos dioses y no verse si no hasta el día de la boda, así que estaban en confinamiento.

-Será un honor que los hechiceros nos acompañen en la boda – Dijo Irina a los hechiceros – Se que quisieran llegar lo antes posible al bosque oscuro por la misión que tienen, pero como ya les había explicado, es la primera boda que se realiza después de mucho tiempo.

-Será un placer acompañarles – Dijo Marius – Cierto que debemos llegar al bosque ahora que estamos tan cerca pero... También necesitamos un respiro ¿No opinas lo mismo Harry?

-Claro... Nunca he visto una boda de ese tipo, y creo que no la volveré a ver...

-¿Te gustaría casarte conmigo? – Preguntó Di de repente y hubo un silencio demasiado obvio y Harry se ruborizó.

-¿Qué?

Ambos se miraron un momento, el moreno con espejuelos con la boca seca... ¿Casado con un hada? Bueno, en plena transformación humana... pero aún así, era un ser celestial, y claro que él era demasiado joven para un matrimonio pero... pero...

-Si... es una tontería – Murmuró Diandra volviendo el rostro a su comida – Ni siquiera sabemos si viviremos...

-Pero... mj... si me gustaría – Dijo el chico bajito – Porque estoy loco por ti y lo sabes...

Diandra sonrió y sus ojos violetas brillaron intensamente y su sonrisa era tal que... por un momento un aura blanca la envolvió haciendo que todos le vieran con asombro, las hadas y los elfos estaban sorprendidos.

-Si tan solo ella no entrara a ese bosque – Dijo Enywen a Altariel – No fuera el peligro que todos tememos...

-Tarde o temprano tendremos que enfrentarla... como realmente es... aunque nos pese...

-Olvidémonos de eso, hoy, es día de festejo...

Efectivamente, toda la tarde, Harry y los demás, se dedicaron a ver los preparativos, como adornaban mucho más los entornos, las hadas bailaban y se mostraban siempre sonrientes, felices, aunque supieran en el fondo que sería pasajero... ellas no se podían permitir verse tristes...

Solo Karin estaba deprimente y furiosa...

Detestaba que se usara "su reino" para esa ceremonia y que ni siquiera pidieran su opinión... ¿Qué pasaría el día de su onomástico? Seguramente sería ignorada, ya que al atardecer, se unirían en un enlace para toda la vida, Jacoba y Sturem. Ella no era nada feliz y no recibía a nadie en su habitación, mucho menos a Ron, quien pese a su insistencia, no había tenido suerte, ella no recibía a nadie...

Ron se decía así mismo que como estaba enojada por lo de la dichosa boda, pues debía esperar a que ella se contentara... claro, ambos se "amaban", así que debía ser paciente para que su hada volviera a el.

La Leyenda del Hada y el MagoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora