Cap. 13: "El encuentro"

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Marius cerró los ojos, intentando descansar y olvidándose de todos, no deseaba involucrarse más con ese lío, de elfos, hadas y hechiceros metiches y problemáticos. Sin embargo, cuando el sueño lo invadió, de repente, se encontraba en un bosque, rodeado de hermosa vegetación, flores multicolores y al fondo, una luz que comenzaba a hablarle.

“Marius, Marius”

-¿Quién?

“Soy yo Marius” “Soy yo”

-¿Constance?

“Soy el amor de tu vida”

-¿Eres Constance?

“Si vienes con ellos al Reino de las Hadas me encontrarás… Tienes que ir con ellos Marius, y me encontrarás… Soy el amor de tu vida y estoy viva”

Y la luz comenzó a acercarse, él no podía verla bien, porque la luz era cegadora, y solo visualizaba un rostro femenino, de largos cabellos y manos largas que lo querían tocar.

-¡Constance! – Se levantó Marius de pronto y miró a su alrededor sudando copiosamente y ya no pudo volver a dormir, teniendo en mente esa luz tan cálida y quería creer que era ella, su prometida muerta la que le decía que estaba viva y que debía encontrarla.

Al día siguiente, todos se preparaban para meterse al pasadizo, cuando se sorprendieron cuando apareció Marius con su capa de viaje y listo para unirse a ellos.

-¿Vendrás con nosotros? – Preguntó Harry extrañado

-Si

-¿Y podemos saber a que se debe el cambio? – Inquirió Ginny

-Tengo mis motivos y no se los voy a comentar – Dijo un poco huraño y nadie osó preguntarle más sobre el asunto, todos se dedicaron a desayunar abundantemente, pues ninguno sabía lo que el destino les deparaba.

Todos se dirigieron al pasadizo, Draco fue el encargado de abrir el lugar, y el pequeño grupo avanzó por el estrecho pasillo, caminaban sin parar, ya que era demasiado largo, las bajadas, las subidas, los escalones resbalosos eran un impedimento para el avance, y por lo menos, Karin era la única que lo sobrevolaba, agitando sus alas, y sin querer, proporcionándoles aire fresco, ya que el pasillo era caluroso.

Diandra estrenaba sus nuevos zapatos, y caminaba atrás de Harry sosteniéndose siempre de sus hombros para no caer, y procuraba de no ser tan torpe para no darle dolores de cabeza, aunque no quería que él se diera cuenta que se estaba esmerando, pues quería mantener esa distancia… Aunque había cosas por la cual aún sentía mucha curiosidad.

Finalmente llegaron al río subterráneo, con el pequeño muelle y las barcazas ondeando tranquilamente, Aldrick los dispuso en 2 grupos, y subieron a las barcazas, y no tuvieron necesidad de tomar los remos, porque de pronto, éstas comenzaron a manejarse mágicamente, avanzando…

-Seguramente Calixto Epigmenes les puso un hechizo – Dijo Marius mirando todo, asombrado, mientras avanzaban las barcazas, entre los pilares que sostenían el inmenso castillo.

-No metan las manos al agua – Advirtió Aldrick – No sabemos que misterios hay en este lugar y no podemos darnos el lujo de cometer tonterías… y Karin, no vueles

-¿Por qué?

-Porque si hay criaturas bajo el agua y ven algo brillante, volando, no dudarán en querer comérselo…

-Está bien, mantendré mis impulsos…

-No sabemos cuanto dure el viaje – Murmuró Harry y Diandra inconcientemente quizás, se abrazó a su brazo y apoyó su cabeza, desplegando su larga y rizada cabellera sobre su hombro.

La Leyenda del Hada y el MagoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora