Cap. 16: " En la isla de Zacek"

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Ginny se estiró todo lo que pudo, sentía que estaba dormida sobre algo mullido, y aun podía sentir el cuerpo de Rubecca acurrucado al suyo abrazándola por la cintura, por una parte pensaba que estaba soñando, pero estaba muy blandito, y no olía a mar, y no escuchaba las olas del mar y cuando abrió los ojos…

-¡Dios mío! – Gimió  y permaneció quieta - ¿En donde estamos?

-MMMM – alzó la vista Rubecca mirando todo extrañada - ¿Qué ha pasado mami, en donde estamos?

-¡No lo sé! ¿Cómo aparecimos aquí?

-¡Tengo miedo!

-¡Vámonos! – Chilló Ginny tomando a la pequeña y salieron de la lujosa habitación en donde se encontraban y comenzaron a correr por todos los pasillos, buscando una salida, escuchando voces y pasos, huyendo de ellos.

-¡Adrien! – Dijo Andrae muy alto

-¿Qué? – despertó

-Ya pude trasladar a Rubecca

-¡Bien!

-Pero… inexplicablemente, al trasladarla… la bruja apareció con ella… ya debe haber conexión emocional y si es así, es peligroso separarlas, porque la mente de Rubecca está débil y si sufre otro agravio, podría perderse su mente definitivamente.

-¿En donde están? – Urgió

-En el castillo antiguo, el que ya no quisiste habitar…

-¡Debo darme prisa, los guardias no saben nada y pueden cometer una locura!

-Te alcanzo después… me he desgastado mucho con la tele transportación – Murmuró Andrae, pero el ansioso Adrien ya no escuchaba, éste brincaba a su caballo y salía a toda velocidad, seguido a duras penas por su séquito de guardias.

En tanto, en el castillo, Ginny trataba de ocultarse con Rubecca entre los pasillos, pero más bien se andaban perdiendo porque el castillo era extenso y cuando bajaba, subía y viceversa.

-¿Dónde estamos mami?

-No lo se Becca, no tengo la menor idea ¡Pero debemos salir de aquí o algo malo puede pasarnos!

-¡Si! – y la pequeña aferrada a las faldas de Ginny, la seguía como podía, hasta que finalmente, al dar una vuelta en una esquina, la pelirroja vio con horror, como estaban un grupo de elfos, armados y buscándolas, en el susto, Ginny se resbaló en el piso a unos metros de ellos, doblándose dolorosamente el tobillo.

-¡Ahí están!

-¡Alto ahí!

-¡Mami! – Gritó Rubecca tomándola de la mano, Ginny se puso de pie para escapar de ellos, aunque cojeaba por el dolor.

-¡Expelliarmus! – Atacó la pelirroja, haciendo que algunas lanzas salieran volando de sus manos y retrocedió jalando a Rubecca.

-¡Hombres malos, son malos! – Chillaba Rubecca, jalando a Ginny y buscando otra salida, pero los pasillos eran interminables y el tobillo de la chica se estaba hinchando.

-¡Corre Rubecca! Escóndete…

-¡No, yo sola no!

Y encontraron un lugar en donde la chica pudo descansar un momento, y aplicarse un ungüento para desinflamarlo, pero con poco éxito, ella sabía que dentro de ese lugar, corría mas peligro que fuera, ya que los guardias debían conocerlo mucho mejor y tarde o temprano los encontrarían.

-¿Te duele mucho el pie mami?

-Un poco… anda, tenemos que salir huyendo de esos tipos… debemos buscar las escaleras para bajar y salir de aquí lo antes posible… No quiero que te hagan daño si nos atrapan.

La Leyenda del Hada y el MagoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora