Cap. 14: "Rubecca"

6 2 0
                                    


-¿Qué sucede? – Preguntó Aldrick despertándose

-Un elfo muerto bajo las aguas – Dijo Harry

-Pues para estar muerta… está sin descomponer… en verdad estas aguas deben ser mágicas – Advirtió Ginny bajando un poco más la cabeza al agua, mirando detenidamente a la elfa.

-Tienes razón, no parece estar muerta – Afirmó Harry, cuando de repente…

Ella abrió los ojos…

-¡Ah! – Gimieron todos cuando vieron eso

Y alzó una mano fuera del agua…

-¡NO GINNY! – Gritó Harry cuando Ginny tomó la mano de la elfa y la jaló a su barcaza, en un acto inconciente, ninguno pudo articular una palabra, cuando la pelirroja tenía a la pequeña en brazos, con su largísimo cabello escurriendo agua.

-¡Está viva! – Gimió Diandra cuando la pequeña comenzó a toser levemente sacando el agua de sus pulmones sobre el regazo de la pelirroja que aún no entendía lo que había echo y lo que había pasado.

Más de pronto, las aguas comenzaron a tornarse turbulentas y las corrientes se arreciaron, arrastrando las barcazas con rapidez, todos se sujetaron con fuerzas, mientras que veían como las olas se alzaban como garras buscando algo.

-¡Sujétense!- Gritó Aldrick

-¡Abajo karin! – Dijo Ron a la princesa Karin y ella se agazapó bajo los brazos del pelirrojo, sintiéndose protegida… Aunque en el fondo se decía así misma que era obligación de ese mago, protegerla.

Por lo menos por diez minutos escucharon el rugir de las aguas, el azote de las barcazas, la turbulencia, la pesadilla en medio de la nada, y después, todo calmo, en silencio, Ginny permanecía abrazando a la pequeña, sin saber a lo que se había metido.

-¿Qué fue todo eso? – Preguntó Hermione levantando la cabeza de la barcaza a su lado, Draco permanecía pálido y ojeroso.

Aldrik verificó que Karin, Ron y ellos dos estuviesen bien, antes de acercar su navío al de Marius, quien abrazaba con fuerza a Luna, Harry había sujetado a Diandra y Ginny que no soltaba a la pequeña elfa.

-¿Está viva? – Preguntó Di acercándose a Ginny

-Eso… eso parece – y la apartó de su regazo, la pequeña no parecía entender en donde se hallaba, miraba a todos como extrañada.

-Hola… - Trató Ginny de sonreír - ¿Cómo… como te llamas, pequeña?

-No lo sé – Gimió soltando el llanto

-¿No te acuerdas?

-No – lloraba desconsolada

-Rubecca – Dijo Diandra

-¿Cómo?

-La hija de Zane se llama Rubecca y no hay duda que es ella… Tienen los mismos ojos azules, y fríos como el hielo… En verdad pensábamos que estaba muerta igual que su madre pero… pero ella estaba en estas aguas malditas.

-Si, es ella – Afirmó Aldrick mirando a la pequeña – seguramente la que los atacó la creyó muerta y esta niña quedó atrapada en este río de alguna manera y las almas la tenían cautiva… a lo mejor ella solo esperaba ser rescatada por algún corazón noble.

-Yo no soy tan noble – Murmuró Ginny

-Cometes errores como todos, pero tienes un alma noble… Aunque creo que sacaste tan rápido a la pequeña que a los espíritus no les dio tiempo ni de percibir lo que había pasado… de lo contrario, nos hubieran volteado las lanchas.

La Leyenda del Hada y el MagoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora