Cap. 18: "Kaos y sus secretos ilusorios"

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-Diandra – Murmuró el moreno, mirando inútilmente como esa ave de agua se la llevaba y se sintió perdido, como si algo le hubieran arrancado de las entrañas y es que al existir una separación forzada, solo dolor y tristeza podría sentir…

-¿Qué fue eso? – Gimió Luna

-Un ave de sal – Murmuró Aldrik – de la Isla kaos… significa que pronto entraremos en su territorio…

-Tengo miedo Ron – se abrazó Karin más a el

-Yo te cuido – musitó el pelirrojo.

-Harry lo lamento – Dijo Hermione mirando desde su sitio, los ojos de su amigo, que aún no podía creer que en su presencia, se la hubieran llevado así de fácil.

El moreno no respondió, se quedó en silencio, escondiendo su rostro entre sus brazos, y ninguno se atrevió a decirle algo más, sabían que en ese momento, sentía un terrible dolor en su pecho y que necesitaba analizar lo que le estaba pasando en esos momentos.

Diandra fue aventada a las orillas de la playa de la Isla de Kaos, golpeando su cuerpo y llenándose de arena, no se sentía bien, ese alejamiento de Harry le provocaba dolores intensos e imposibilidad para caminar, había perdido ya, un zapatito de los que Harry le había echo y parecía una muñeca de trapo, que iba y venía con el vaivén de las olas que llegaban a la orilla.

-Harry… me duele… me duele… - Y fue algo curioso, Diandra comenzó a derramar lágrimas gruesas que al caer a la arena, se convertían en diamantes, y no podía mover las piernas, sentía que se las arrancaban y era un ardor terrible, insoportable, que ella creyó que moriría en ese instante – me duele…

-Deja de quejarte Diandra, pronto te quitaremos el dolor – de repente escuchó una voz desconocida y alzó la vista – Solo en nuestra isla puedes convertir tus lágrimas en diamantes sin que estas te maten… bienvenida princesa de la noche… bienvenida a la Isla de kaos, princesa diamante…

Diandra le miró por breves momentos, pues de tanto dolor ya sentía que le faltaba el aliento y que estaba a punto de desfallecer, solo escuchaba voces y murmullos, pero ya no vio que un grupo de amazonas se juntaban en la playa, armadas y con vestimenta vistosa, llenas de joyas pero con filosas armas.

-¿Qué nos trajo Aqua? – preguntó una de ellas

-Nos ha traído una de las dos princesas que vienen aquí… ésta es Diandra, Julen, la princesa que llora diamantes, los más bellos y más vistosos diamantes… ¡Danae!

-Ordene su alteza…

-Llévense a la princesa de la noche… y denle un bebedizo potente, que ahora está convertida en una inútil… llamen a la hechicera, para que haga sus predicciones, nos había dicho que del mar vienen dos princesas hadas…

-Karin Akeelah es la otra ¿no es así?

-No, no es ella, karin Akeelah, hace mucho que ha dejado de ser una princesa y no merece, a decir verdad, ni el respeto de la oscuridad… Porque ni la oscuridad misma se puede permitir tanta soberbia…

-Huelo su miedo – Dijo Julen – Karin Akeelah, tiene miedo…

-Pero ahora tiene un fiero guardián que la protegería con su vida, no valdría la pena ni atacarlo, con facilidad le atravesarías la garganta a los dos…

-¿Vendrán?

-El vendrá por su hada – señaló a Diandra - de los otros probablemente, no estoy seguro, pero yo quiero verla a ella… quiero ver en quién ha reencarnado… Serenity… mi querida Serenity… puedo sentirla…

-¿No crees que es un capricho muy grande, su majestad, tomar un rehén solo para verla?

Drey se volvió a ver a Julen, el joven, mitad elfo, mitad hado (o como se le diga a las hadas masculinos) quien era su segundo al mando, mientras sonreía brevemente, ellos eran una raza mestiza, de cruza entre criaturas de la noche y del día, eran los renegados, era la Isla en donde subsistían, en donde no permitían que ni los elfos oscuros, ni las hadas de luz, los visitaran y si, era peligrosa, puesto que todos eran expertos arqueros y por lo regular, no dejaban enemigos vivos, pese al aspecto infantil e inocente de algunos de ellos, excepto de Drey, quien era el más viejo de todos y el que gobernaría Kaos hasta su muerte, si alguna vez moría.

La Leyenda del Hada y el MagoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora