cap. 61: Hazme un sitio en tu piel

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No supo cuanto tiempo durmió Ronald, no realmente, pero nadie entró a interrumpirlo, dejaron que el chico descansara y relajara su cuerpo y su alma, mientras que tanto, el resto del grupo que los acompañaría llegaban...

Y les comunicaban a los demás que ya la reina Irina sabía del fallecimiento de Karin y toda el reino de Stromkarl, se había puesto de luto, también le informaron a Monique que su madre solo iría un instante, porque no quería dejar sola a Irina...

Monique estuvo de acuerdo, tenía que decirle a su madre que no podía ir con ella, porque ante todo, debía estar ahí, para apoyarlos. Y porque ella no perdería más el tiempo... fue su decisión que Aldrick no hiciera guardia y ella se quedara con el en su tienda...

Porque quería tenerlo, quería que el fuera su esposo, primero por la practica y si salían vivos... por las leyes de los elfos y de las hadas.

Pero a medio bosque maldito...

"Mouchos, coruxas, sapos e bruxas. Demos, trasgos e diaños, espritos das nevoadas veigas. Corvos, pintitas e meigas, feitizos das menciñeiras. Podres cañotas furadas fogar dos vermes e alimañas"

Aquel extraño conjuro, lo decía una hermosa niña, vestida de negro, pero era un vestido precioso, estaba sentada en el suelo, y frente a ella, una pluma de alas de ángel de la oscuridad, daba vueltas en un destello mágico.

De repente, frente a ella, se comenzó a levantar la tierra negruzca, formando una figura, pero no tenía una forma común, solo le sobresalían unos ojos de serpiente de color rojo escarlata...

-¿Qué hacéis? – Preguntó aquel ente con voz profunda y tenebrosa.

-Juego...

-Tendréis visitas... ella viene...

-Si – Murmuró la pequeña, alzando la vista y sus enormes ojos violetas se fijaron en el ente

-Pronto, reencarnarás querida y me servirás a mí...

-Basalik no sabe que he estado jugando en el bosque... no me ha visto...

-Ella muy pronto se irá... y tú te encargarás de eso

La pequeñita sonrió.

-Te despojaron de lo que te pertenecía pequeña, pero solo es cuestión de esperar, ella estará aquí, tu eres ella, ella eres tú... y juntas, reinarán este mundo.

-¿Seré una princesa?

-Por supuesto... sigue jugando querida niña... sigue...

-Como tú digas...

La pequeñita continuó jugando con la pluma negra, en medio del bosque, protegida de Basalik, solo el ente sabía quién era ella y solo el podía verla...

"Con este fol levantarei as chamas de este lume que asemella ao do inferno, fuxirán as bruxas a cabalo das súas escobas"

-¿Qué pasa Diandra? – Le preguntaba Harry a Di, al ver que de repente ella detenía su besuqueo y centraba su vista en el bosque, pues su casa de campaña tenía una ventanita en donde se podía ver el cruento bosque...

-Escucho una voz... se me hace conocida...

-¿Te está llamando?

-No... solo... la escucho...

-¿Y que dice?

-Está conjurando algo, pero aún no sé que es... Debe ser la cercanía que nos pone nerviosos...

-Pudiera ser...

Di trató de olvidar esa voz y se centró en el cuerpo desnudo de Harry... Oh, si, porque la lujuria y el deseo banal, eran antes que cualquier maldición... y ellos hacían mucho que no estaban tan solitos, así que Diandra, besuqueaba la espalda de Harry, quien estaba sentado en la cama...

La Leyenda del Hada y el MagoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora