Cap. 12: El pasadizo Secreto

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Cuando Draco abrió los ojos, se encontró con Hermione sentada en el sillón, tomando un té y leyendo un libro, ella lo miró con una actitud desdeñosa y se dirigió a el, inevitablemente, de una manera altanera y es que el chico le provocaba eso.

-¿Se siente bien el señor?

-¿Te quedaste conmigo toda la noche?

-Casi, casi me lo ordenaron – chistó – Así que no te sulfures, que yo no estaba a gusto y obvio que tu tampoco… Te encontramos herido en la cama, Aldrik te curó…

-Aja – se miró las manos, ya no tenía las heridas, solo marcas

-Todos nos preguntamos quien te las hizo…

-¿Quién?

-Aldrik dice que hay un ente maligno en el castillo que quiere apoderarse de ti, me extraña que a estas alturas, si es que existe, no te le hayas arrodillado a sus pies y nos hayas traicionado – Dijo Hermione con amargura en sus palabras.

El rubio no respondió, pero sus mejillas se ruborizaron cuando la imagen de la castaña en ropa interior pasó por su mente y desvió la mirada ¡No debería levantar sospechas!

-¿Y bien? ¿Nos vas a decir qué te atacó?

-Nada me atacó…

-¿Entonces te querías suicidar? Porque déjame decirte que con solo aventarte de la torre más alta del castillo, nos ahorraríamos el problema…

-JAJA, muy graciosa Granger…

-Si no me lo quieres decir no importa… veremos que pasa con Aldrik, a ver si a él, le ocultas las cosas…

Draco no respondió, y Hermione salió de inmediato azotando la puerta, bajando al comedor, en donde todos tomaban un desayuno ligero, excepto Aldrik, quien seguía preocupado por Monique.

-Buenos días Hermione

-Hola… Malfoy despertó y se niega a responder…

-Eso ya lo sabíamos, no te preocupes, en general ¿bien la noche?

-Casi… se apareció de nuevo el hada de nombre Nicolleta…

-¿Nicolleta? – Gruñó Karin

-¿La conoces?

-Es una guerrera orden 1, de la reina Mab, según sé, de sus favoritas, por eso le da tanta libertad, de que ande de un lado a otro, como si nada, una vez se atrevió a insultarme ¿Cómo se atreve? Soy un hada real.

Diandra le miró detenidamente por unos segundos, conocía bien el modo de Karin, quien fingía dulzura y más cuando tenía cerca a Ron, quien estaba absolutamente embelezado por su belleza, sobre todo como lucía con tanto vestido hermoso y las joyas cubriendo su cabeza.

-¿Qué te dijo Nicolleta?

-La verdad… no le entendí – Murmuró Hermione ¡ella no les diría que debía “amar al malo”! no pretendía que sus amigos de mofaran de ella o la compadecieran por el comentario – Dijo que cuidáramos de Luna…

-¿Cuidar de mi?

-Tal vez por tus sueños Luna – Dijo Ginny – Seguramente temen que tú seas un blanco fácil para la oscuridad…

-Nicolleta ya no habla conmigo – respondió Luna sin dejar de desayunar – Seguramente teme descubrir algo en mí o que yo descubra su secreto…

-¿Secreto? – Chilló Karin nuevamente - ¿Qué secreto puede tener esa insignificante hada?

-Puede ser pequeña, pero puede poseer algo muy grande…

-Bá – chistó karin fastidiada, pero cuando Ron apareció alegremente con una jarra de miel, ella cambió su actitud, a una dulce y tranquila, como si fuera una dulce mariposa.

La Leyenda del Hada y el MagoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora