Cap. 41: "El declive"

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Faltaba poco, los navíos se acercaban a la orilla, los tres galeones iban a la par… por fin tocarían tierra… por fin Karin, estaba más cerca de su reino, se iba a deshacer de Ron y esos estúpidos magos. Los que por el momento no estaban tan preocupados…

Eran Draco y Hermione… ambos estaban tomados de la mano y se daban besos en ese asqueroso galeón, pero el lugar no era importante, ellos solo querían amarse… entrelazando sus manos, abrazándose… en la barcaza de Sakai, al menos Luna miraba la escena con algo de asombro… que Hermione se besara con Draco, era asombroso.

Asqueroso y sorprendente.

Monique y Willowmena tomaban un respiro… el bosque parecía interminable, Casanova les seguía los pasos, aunque más bien, como que era un juego el que tenía con ellas… Por un momento, la maldad parecía desaparecer, era obvio, Basalik tenía miedo y muchas criaturas oscuras, la custodiaban.

-¡Esto no parece terminar! – Susurraba Willowmena

-Volaremos un rato – Dijo Monique y esparció sus bellísimas alas, dispuesta a hacerlo.

-¡No princesa! No debemos hacerlo… si volamos nos detectarán… hay muchos seres oscuros que nos atraparían… e visto arañas trepadoras gigantes que podrían atraparnos… o las arpías, los murciélagos descomunales… o las esfinges… e escuchado el silbido de los basiliscos…

-Yo también, pero creo que tenemos que arriesgarnos, yo no le veo final al bosque…

-Está enferma princesa… no puedo permitir tal situación…

-¿Temes que muera en este bosque? ¡No moriré sin ver a Aldrick una vez más! Me lo he jurado y lo cumpliré…

-Entonces sigamos, tenemos que salir… alcanzar la orilla y alejarnos de los peligros…

No era tan posible… pero al menos Elektra y Gennix parecían ser sus ángeles guardianes, porque les seguían sin que ellas se dieran cuenta, por los árboles, según ellas, haciendo apuestas de si llegaban a la orilla del bosque o no… según ellas.

En tanto, en el reino de las cascadas de los siete arcoiris, Stromkarl, las reinas Irina y Viridiana, se enteraban que las barcazas se acercaban a la orilla y que Karin, la princesa, venía acompañada de su prima Venus.

-¡Por fin! Mi hija estará en su reino…

-En cambio la mía no sale de ese bosque horrendo – Suspiró Viridiana con tristeza – lo único que deseo es que Aldrick vaya a buscarla… así como hizo con tu hija y traiga a la mía de vuelta

-Lo hará… Aldrick ya sabe que tu hija está perdida en ese sitio, y no lo dudará, tiene un cariño especial por ella, tú y yo lo sabemos… y ella también… solo alegraba su vida cuando le veía.

-Pobre hija mía… en ese bosque… solita…

-No está sola, estoy segura que Willowmena sigue con ella… Moriría antes que dejar a Monique sin resguardo, la conoces, es su inseparable compañera

-Tienes razón, por Mab, no debo perder la fe…

-Me pregunto porqué Mab nos ha abandonado…

-Tal vez desea que nos enfrentemos a nuestros miedos y aceptemos nuestro destino, es nuestra soberana, pero siempre nos deja hacer nuestra vida, al igual que el Dios Eru para con su gente.

Mab estaba de frente a los Guardianes de la Oscuridad, desenredando los hilos, mientras veía las piedras sagradas, desquebrajarse suavemente, liberando a las almas que se perdían poco a poco.

-No quisiera que llegaran al bosque…

-Me sorprendes Mab – sonrió Lis-Ek – pensé que tú eras la más decidida a que los hechiceros rompan la maldición, liberen a Sky y  se vayan de aquí…

La Leyenda del Hada y el MagoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora