Cap. 72: Si tan solo me amaras de verdad

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Diane no dejaba de contemplar a Harry, lo recorría ávidamente con la mirada, mientras el resto de sus hadas, terminaban de alimentarlo prácticamente a la fuerza... Gennix y Elektra en verdad estaban interesadas en esa relación, ellas sabían lo que había pasado entre Diandra y el mago...

-Señora – Se adelantó Gennix – Se rumora que el espíritu maligno que la ha despertado de su letargo, esta molesto por no haberse deshecho de este mago...

-Es verdad... si lo deja aquí, en cualquier momento podría aparecer...

-No le temo – sonrió Diane con ironía - ¡Yo me desharé de este mago cuando se me pegue la gana! ¡Iros todas! Que quiero estar a solas con este hechicero...

Harry parpadeó... ya no sentía dolor pero...

-Te preguntarás – dijo Diane con una voz celestial, pero con un dejo de malicia – Porque no puedes hablar ni moverte... ¡Es porque yo estoy dominando tu mente mago! No se me da la gana que te mueves, grites y te pongas violento o te escapes, porque me daría mucha flojera tener que matarte...

Harry le miró fijamente y en sus ojos esmeraldas se vislumbró el dolor... pero esa chispa era la que a Diane le llamaba la atención, se inclinó hacia él, recorrió su rostro cuadrado con sus finas manos, sus uñas largas con fríos diamantes incrustadas destellaban... acarició con un dedo su cicatriz y le delineó hasta la nariz y los labios...

Ladeó su rostro y aspiró su aroma... a rosas masculinas, era un olor que le recordaba vagamente algo, aunque nadie se lo decía, ella intuía que ese mago había tenido que ver con su yo anterior... se inclinó más y posó sus labios sobre los de Harry, presionando en un beso, el hechicero sintió la dulcedad de aquellos labios, sintió a pesar de no poder moverse...

No podía cerrar los ojos, pero ese beso comenzaba a destrozarlo lentamente, sobre todo al entender que esa hada, esa majestuosa hada oscura, era Diandra... su Diandra ya no lo era más, ya había sufrido la transformación a un ser completamente oscuro y era mucho más hermosa e imponente... pero ya no era su Diandra...

No lo evitó, una lágrima rodó por su mejilla y Diane la sorbió mientras lo besaba y se apartó de golpe al sentir el sabor salado y tibio... pero solo fue una lágrima que Harry derramó en ese momento, ella arropó su rostro y lo miro fijamente, detenidamente... ¿Qué tenía ese mago, que?

Pero su impulso fue más grande, pego su fina nariz a su rostro, aspirando su aroma, fundiendo su respiración con la de Harry, hundió su rostro en el hueco de su cuello y le dio unos mordiscos... como su fuese un bombón... aquellas caricias estaban haciendo que el cuerpo inmóvil de Harry reaccionara, pero no había modo de decirle a Diandra que parara...

Pero no fue posible, ella lo recorrió con sus manos, acariciando toda su anatomía, como si fuese la primera vez... y Harry maldecía sintiendo bajo esas manos enjoyadas, la misma ternura de Diandra, los momentos íntimos y apasionados... a un paso de volverse mortal...

Y ni la misma Diane se pudo resistir... el gran amor de Diandra que podría estar oculto en algún rincón de su cuerpo, le hizo besar a Harry por todos lados...

El solo se dejo llevar... pues nada podía hacer mientras que en otro segmento del bosque, la guerra seguía... muchos elfos y muchas hadas de la luz, sucumbieron ante el terror de caer en los pozos de agua que había por todo el bosque, en donde las ondinas, las sirenas los jalaban a las pozas para ahogarlos...

Los grupos comenzaban a encontrarse en medio del fulgor de la batalla, ahora combatían a unos asquerosos gusanos que se arrastraban a toda velocidad por la tierra dejando una estela babosa y pegajosa... que inmovilizaba a muchos

La Leyenda del Hada y el MagoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora