Cap. 34: "Encontrándose"

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Ginny admiraba la barcaza que yacía en las orillas del mar, Adrien orgulloso, alistaba todo, iba a concederle a la pelirroja, su deseo de encontrarse con su hermano y sus amigos…

-¿Y esto? – Se volvió a preguntarle a Adrien - ¿Qué pasa aquí?

-Iremos a la Isla del Dios Eru… envié un mensaje a Sakai-Ellioth, aunque soy elfo, tampoco puedo pisar esa Isla…

-¿Es en serio?

-Si, Andrae y yo iremos contigo… y un grupo de cazadores…

-Sube bruja – señaló Andrae, ya no hay tiempo…

-Andrae – reparó de repente – Puedes ver…

-Si…

-¿Cómo pasó?

-la magia de Rubecca…

-¿Tan poderosa era?

-Es… bruja, es… recuerda que la llevas contigo… y si no fuese lo suficientemente poderosa, no te hubiera vuelto a la vida…

-Claro – Murmuró la pelirroja y subió a la barcaza, sorprendiéndose de todo el lujo que imperaba en aquella barcaza, la cual era enorme y ella fue conducida a un lujoso camarote.

Ella fue hacia el baño y sonrió al ver la enorme bañera, sabía que por fin podría tomarse un buen baño y aparte, tenía muchas vestimentas en el clóset, aunque no fueran de su estilo.

Así que de inmediato se despojó de todo lo que llevaba encima y se metió al agua burbujeante, echándole gotas de pócimas que estaban en la repisa junto a la bañera, haciendo un montón de burbujas.

-¡Esto es vida! – Suspiró Ginny en la bañera

-¡Bruja! – de pronto entró Adrien y a la pelirroja casi le da el infarto.

-AAAAAAAAY ¿Qué crees que haces? – Gritó - ¡Fuera, salte de aquí! ¡Estoy desnuda!

-¿Y eso que? Yo solo quería…

-¡FUERA!

Adrien tuvo que salir ante los gritos de la chica, mientras que Ginny estaba llena de vergüenza y con las mejillas enrojecidas, pues de solo pensar que el hubiera entrado unos minutos antes… ¿Qué se creía ese elfo maleducado? Pero trató de tranquilizarse y de pensar en otra cosa… aunque sinceramente, no podía… sobre todo por su embarazo milagroso.

Un rostro poco agradable, era el de Karin, al estar en la mesa frente a Venus, la taladraba con los ojos, Ron miraba con ojos suplicantes a la princesa, quien seguía rechinando los dientes.

-¿No dormiste bien, karin?

-Ya sabes estúpida, que tuve que dormir en la calle… ¡De hecho no pude ni hacerlo! Pero en cuanto lleguemos a mi reino…

-En cuanto lleguemos a nuestro reino, querida prima, te arrancaré los ojos… no soy manca y no te perdono, que me hayas tratado como anoche…

-¿Qué paso anoche? – Gruñó Marius mientras que Harry miraba que Ron estaba extraño.

-Solo quería dormir con el mago – señaló Venus a Ronald – y la princesa no quiso prestarme a su sirvi…

-¡Cállate! – Chilló Karin - ¡No quiero que te acerques a Ron! – y Ron, al escuchar esto, sonrió estúpidamente, haciendo que sus esperanzas se llenaran y su rostro se iluminara.

-¿Por qué querías dormir con el? – Preguntó Marius…

-¿Por qué no? El me gusta…

-¿Yo?

La Leyenda del Hada y el MagoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora