cap. 77: Amor y magia

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Primero lo que había a sus espaldas, no eran mariposas, pero eran las criaturas más bellas y perfectas que jamás existieran... eran miles de diminutas hadas, con las alas abrillantadas y destellando miles de luces de colores... aquello las dejo sin palabras por largos minutos... El jardín jamás lució tan luminoso...

Y unicornios, preciosos unicornios blancos sobre los cuales, otras criaturas angelicales, montaban... Molly y Tonks estaban sin habla... ¿Qué era todo eso? Jamás se había visto una comitiva así...

Y la criatura que había tocado la puerta, era más bella aún... que de solo verla, deslumbraba. Hasta parpadearon por unos minutos para acostumbrarse al verla...

-Buenos días señora Molly Weasley... madre del hechicero Ronald Weasley y la bruja Ginevra Weasley... estoy aquí... porque vengo a dejar con usted mi más preciado tesoro...

Molly supuso, que ese tesoro, era la criatura que había tocado la puerta.

-¿Será que podemos pasar?

Molly muda aún, asintió y dejó que entraran algunos de la comitiva, ante la azorada mirada de Tonks...

En Hogwarts...

Ron hacía un gesto el día del correo, su madre, le había enviado una extensa carta diciendo un montón de cosas extrañas que hicieron que su mustiedad se atenuara en sus pecas...

-¿Qué pasa Ron? – Preguntó Harry

-Mamá me ha enviado una carta

-¿Y que dice? ¿Por qué tienes esa cara? ¿Pasa algo malo?

-Pues... me dice que si mi corazón está curado, que si tengo alguna novia, sea sincero y se lo comunique, así ella estará mas tranquila... Mi madre está... desvariando... definitivamente... ¿Para que quiere saber si mi corazón está estable?

-Porque te quiere – Respondió Harry – No la culpes, es tu madre... yo desearía que la mía estuviera viva ahora... cuando más la necesito...

Ron guardó un minuto de silencio.

-¿Y que harás?

-Seré sincero... como ella pide... le diré que no quiero saber nada de amor en lo que me resta de vida... pero que en dado caso de que tenga alguna novia se lo comunicaré para que esté contenta...

-También a mi me hace preguntas raras – Gruñó Ginny al releer la carta – pero al igual que tú, seré honesta y sabrá lo que pienso...

Harry sonrió levemente, en verdad que la señora Weasley era demasiado protectora, aunque algunos como el desaparecido Percy, se le desviaran del carril...

Y el final de año llegó... con el salitre de la tristeza en las esquinas, y la melancolía depositada en los baúles, así terminaba ese año, con las ilusiones rotas y la inseguridad de lo que sería su futuro...

La academia de aurores parecía la mejor opción.

El banquete estaba a todo lo que daba, sonrisas por todas partes, felicitaciones y hurras se dejaban escuchar, la firma de los anuarios, los intercambios de nuevas direcciones en su haber.

Solo los que ya conocemos, tenían ese dejo de melancolía, al dejar atrás todo lo que habían vivido... todo lo que añoraban, las ilusiones rotas y la espada de la tragedia atravesada en su corazón.

Desilusión.

-Odio este asunto – Dijo Ron – Creevey no deja de molestarme con las fotos, quiere que le firme algunas...

-¿Por qué no lo haces? Hasta Harry le ha hecho caso...

-¿Tiene que ser tan molesto?

-Ya Ron, pronto pasará todo esto... muy pronto.

La Leyenda del Hada y el MagoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora