Cap. 27: "Ese hombre es mío"

11 3 0
                                    


Cuando Draco reaccionó y se dio la vuelta, atrás de el, habían muchas elfas, altas, fuertes, con extraños peinados, y de belleza extraordinaria, que le miraban con ojos de deseo, el rubio se sintió un poco pequeño, porque se veían muy amenazantes.

-¿Quiénes son ustedes?

-Un hechicero – sonrió una de ellas – Un precioso ser humano… Por fin nuestros ruegos han sido escuchados…

-¡Ese humano es mío, Lady Zary! – Dijo una de ellas – fui la primera en verlo…

-¡Mentira Lady Zary, yo fui la primera! – Urgió otra amazona

-¡NO! Yo fui la primera – comenzaron a discutir y Draco buscaba el modo de escapar cuando sintió una lanza en el cuello. Era una vieja elfa.

-Ni siquiera lo pienses… Tú, humano, serás de alguna de ellas y procrearás un descendiente… o muchos…

-Yo no…

-¡Silencio! que no queremos matarte antes que nos des muchos hijos…

-¡Basta! – Gritó Lady Zary – Creo que todas tenemos derecho de quedarse con el humano… hasta yo… ¡Soy la líder!

-¡NO! – Gritaron - ¡Estoy dispuesta a combatir contigo si intentas quedarte a la mala con el!

-¡Pelearemos por el!

-¡No me vencerían!

-¡Correremos el riesgo!

Y hubo un ruido intenso, que le heló la sangre a Draco… sobre todo cuando vio que todas habían sacado sus armas y se veían con ojos fieros… si… todas querían al mago y obviamente, habría una lucha para ver quién se lo quedaba.

-Maldición – gruñó Draco… de solo pensar en cual de esas elfas le pondrían una mano encima.

Desde lo alto de un árbol, Gennix y Elektra contemplaban a Casanova, que rondaba el lago congelado, mordiendo su venenosa rosa roja y sintiendo el dulce aroma de Monique y Willowmena que se refugiaban en un iglú, aunque sabían que debían irse de ahí, ya que la protección de Arin no sería eterna.

-¿No te has cansado de esperar Casanova? – Preguntó Elektra sonriendo con ironía.

-Parece que se quedarán ahí…

-Ya saldrán…

-¿Tienes deseos de comerte el corazón de Monique?

-Podría ser… No la he visto bien… dicen que es hermosa, quizás la disfrute un rato en lo que pienso que hacer con ella…

-Deberías dejar el canibalismo un momento Casanova… tal vez así, alguna otra hada no tendría miedo de estar contigo y amanecer muerta…

-Me alimento de corazones… Y no me fastidien o estarán en mi lista…

-No tenemos la culpa que Diandra no te haya preferido…

Casanova, les lanzó una cruenta mirada, y desapareció, dejando una de sus rosas a orillas del lago, la cual era un señuelo, en cuanto las hadas salieran de su escondite, se enteraría e iría por ellas, porque a una pensaba eliminarla y a la princesa Monique, la contemplaría primero. Dentro del iglú, en donde el frío se comenzaba a colar, Willowmena sabía que ya no podrían estar más o comenzarían a padecer las inclemencias.

-Debemos irnos princesa…

-Es peligroso, he visto a alguien que nos vigila…

-Lo sé, pero de todas maneras si permanecemos mucho tiempo aquí, terminaremos congeladas, Arin nos protege, pero  no puede darnos calor… debemos salir…

La Leyenda del Hada y el MagoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora