Capitulo 05

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Sombras del Pasado

El atardecer caía lentamente sobre la ciudad, tiñendo el cielo de tonos rojizos y dorados. Elise Torres y Javier Rodríguez estaban de vuelta en la oficina, analizando los últimos detalles del caso. Los nuevos informes sobre el asesinato en el apartamento de lujo ya estaban en la mesa, y el equipo estaba exhausto pero decidido.

—La frase del último crimen, "El sacrificio es la clave," —dijo Elise mientras revisaba las notas—. ¿Qué podría estar tratando de decirnos el Lobo con esto?

—Podría ser una referencia a algo más profundo, tal vez relacionado con la víctima o con el contexto en el que se encontraron las flores —sugirió Javier, mientras hojeaba un dossier sobre el caso.

De repente, la puerta de la oficina se abrió, y Mia Delgado entró con una expresión de preocupación. Elise la miró, sorprendida de ver a la periodista tan interesada en el caso.

—Necesito hablar contigo, Elise —dijo Mia, con un tono serio—. He encontrado algo que podría ser importante.

Elise y Javier intercambiaron una mirada antes de invitar a Mia a sentarse. La periodista desplegó una serie de documentos y fotos en la mesa.

—Durante mi investigación, encontré un patrón en los reportajes anteriores sobre los asesinatos —dijo Mia—. Parece que hay un nexo entre las víctimas y ciertos eventos públicos que ocurrieron en la ciudad.

Elise se inclinó hacia adelante, examinando las evidencias que Mia había traído. Los informes de los eventos públicos parecían indicar que las víctimas habían estado presentes en varias galas y eventos sociales importantes.

—¿Estás sugiriendo que el Lobo podría estar apuntando a personas que tienen alguna conexión con estos eventos? —preguntó Javier.

—Exactamente —respondió Mia—. Y también encontré algo interesante. Las rosas utilizadas en el segundo asesinato tienen un significado especial en la cultura de la alta sociedad. Podría ser un mensaje para alguien dentro de ese círculo.

Antes de que Elise pudiera responder, el teléfono en la oficina de Elise sonó. Era el Dr. Victor Reyes, quien había estado trabajando en el perfil psicológico del Lobo.

—Elise, necesito que vengas al laboratorio forense —dijo Reyes—. Hemos encontrado algo que podría ser crucial para el caso.

Elise y Javier se dirigieron al laboratorio forense, donde Reyes los esperaba con una expresión grave. El psicólogo forense había estado analizando la nota del crimen y las evidencias encontradas.

—Encontramos una huella digital en el trozo de papel que estaba en el lugar del segundo asesinato —dijo Reyes—. Parece que es de un individuo con antecedentes criminales.

Reyes entregó a Elise un archivo con la información sobre el sospechoso. Elise lo revisó rápidamente y su expresión se tornó aún más seria.

—Este tipo tiene antecedentes de violencia. Su nombre es Leo Drake —dijo Elise—. ¿Qué conexiones podría tener con el caso?

—Eso es lo que necesitamos averiguar —respondió Reyes—. Pero también hay otro detalle. Las víctimas parecen estar relacionadas con una serie de eventos y personas influyentes. Quizás el Lobo está intentando enviar un mensaje a alguien en particular.

Mientras Elise y Javier analizaban la nueva información, Lucas Crowe, el padre de Gabriel, se encontraba en su oficina, inquieto por las noticias. Su preocupación por Gabriel se intensificaba con cada nuevo asesinato.

—No puedo dejar de pensar en cómo estos crímenes están afectando a Gabriel —murmuró Lucas para sí mismo—. ¿Qué si hay algo en su pasado que lo conecte con todo esto?

En ese momento, Henry Frost, el alcalde, también estaba en su despacho, rodeado de informes y documentos. Sabía que la presión pública estaba en aumento y la situación debía manejarse con cuidado.

—El Lobo está jugando con nosotros —dijo Frost, mirando el mapa de la ciudad con una expresión tensa—. Tenemos que encontrar una manera de controlar la situación antes de que se desmorone por completo.

Mientras Elise y Javier se preparaban para buscar a Leo Drake, el Lobo, oculto en las sombras de la ciudad, observaba cada movimiento con una sonrisa enigmática. Sabía que el juego apenas comenzaba y que el caos estaba a punto de alcanzar nuevas alturas.

En un elegante restaurante, el antiguo amigo de Gabriel, Evan Cole, estaba cenando con un grupo de conocidos. Evan había sido una figura influyente en la vida de Gabriel y estaba preocupado por el impacto del caso en él.

—No puedo creer lo que está pasando —dijo Evan—. Gabriel necesita ayuda y apoyo, y no sé cómo llegar a él ademas quiero proponerle un negocio.

Finalmente, en un pequeño estudio de arte, Sophie Reynolds, una artista local que había tenido contacto con algunas de las víctimas, estaba trabajando en una nueva obra. Sophie había estado en el círculo social de las víctimas y había comenzado a sentirse inquieta por la serie de asesinatos.

—Todo esto es tan surrealista —dijo Sophie, mientras pintaba—. Nunca imaginé que algo así podría tocar mi vida de esta manera.

El misterio del Lobo y su conexión con los eventos de la alta sociedad seguía sin resolverse. Elise y su equipo estaban al borde de descubrir una red de engaños y secretos que se extendían más allá de lo que imaginaban. El camino hacia la verdad estaba lleno de trampas y revelaciones inesperadas, y el Lobo estaba dispuesto a llevar el juego hasta el límite.

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