Una Historia extraña
La mañana siguiente, una neblina espesa envolvía la ciudad, arrastrando consigo un silencio inquietante. Elise Torres, ya en su oficina en la estación de policía, revisaba los detalles del caso mientras el sol apenas comenzaba a iluminar el horizonte. Su mente seguía atrapada en la escena del crimen de la noche anterior, buscando cualquier pista que pudiera haber pasado por alto.
—Buenos días, Torres —dijo el Jefe de Policía Campbell, entrando en la oficina con una sonrisa calculada—. ¿Algún avance en el caso?
Elise alzó la vista, notando la calma en el rostro de Campbell, un contraste inquietante con la gravedad de la situación. Sabía que su relación cercana con el Jefe le daba cierta influencia en el caso, pero también le preocupaba su aparente falta de urgencia.
—Estamos comenzando a analizar las pruebas —respondió Elise—. La rosa y la carta parecen ser piezas clave, pero aún no tenemos una conexión clara.
—Manténme informado —dijo Campbell, dando una última mirada a los documentos antes de irse. Su presencia dejó un aire de autoridad en la oficina, aunque Elise no podía evitar sentir que había algo más en juego.
Mientras Elise trabajaba en el análisis de las pruebas, recibió una llamada de la periodista Mia Delgado. Mia había estado cubriendo el caso desde el principio, buscando una primicia que pudiera lanzar su carrera al estrellato.
—Elise, necesito más detalles sobre el caso —dijo Mia con un tono insistente—. La gente está hablando de la rosa y el "Lobo". ¿Puedes darme algo más para mi artículo?
Elise dudó por un momento. Sabía que Mia buscaba sensacionalismo, pero también comprendía la importancia de mantener a la prensa en la línea correcta.
—Estamos tratando de resolver el caso —dijo Elise—. Por ahora, no puedo ofrecerte más información. La prioridad es resolver el caso y encontrar al responsable.
Colgó, sintiendo el peso de la presión mediática. Mientras tanto, en otro rincón de la ciudad, el Dr. Victor Reyes, el psicólogo forense contratado para perfilar al asesino, estaba revisando el perfil de la víctima. Su oficina estaba llena de libros de psicología y criminología, con notas dispersas en cada superficie.
—El asesino está tratando de enviar un mensaje —murmuró Reyes para sí mismo, examinando las fotos de la escena del crimen—. La rosa, la disposición del cuerpo... Todo tiene un propósito más profundo.
Reyes se disponía a trabajar en un perfil psicológico cuando recibió una llamada de un viejo amigo, Mark Sullivan. Mark había sido amigo de Gabriel Crowe y se encontraba en medio de un torbellino emocional, tratando de entender el cambio en su antiguo amigo.
—Mark, ¿qué necesitas? —preguntó Reyes, con una mezcla de curiosidad y preocupación.
—Necesito hablar contigo sobre Gabriel —dijo Mark—. Algo no está bien. Él no es el mismo de antes. Creo que hay más en juego aquí.
Reyes asintió, sabiendo que la conversación con Mark podría ofrecer una nueva perspectiva sobre el caso.
Mientras tanto, Elise y Javier se dirigían a una reunión con el nuevo personaje: el alcalde Henry Frost. Frost era conocido por su imagen pública impecable y su capacidad para manejar las crisis con habilidad política. La reunión se llevó a cabo en su elegante oficina, con vistas panorámicas de la ciudad.
—Detectives, aprecio su esfuerzo en este caso —dijo Frost, sentado detrás de su escritorio—. La seguridad de nuestros ciudadanos es primordial. Quiero asegurarme de que este caso se resuelva rápidamente y que la ciudad no caiga en el caos.
Elise estudió a Frost, notando la manera en que su encanto y autoridad podían ser tan manipuladores como efectivos. Mientras tanto, la niebla en las calles de la ciudad parecía intensificarse, como si ocultara más secretos esperando ser revelados.
En otro lugar, Lucas Crowe, el padre de Gabriel, estaba en su casa, observando las noticias. Su preocupación por Gabriel crecía a medida que el caso avanzaba, y sabía que debía mantener la calma para no levantar sospechas.
—Lucas, ¿todo bien? —preguntó Sarah Collins, asistente del Jefe de Policía, quien había venido a entregar unos documentos—. El caso está tomando un giro complicado.
—Todo está bien, Sarah —respondió Lucas, con una sonrisa tranquilizadora—. Solo espero que se resuelva pronto.
Mientras las piezas del rompecabezas comenzaban a encajar, Elise sentía que cada personaje introducido podría tener un papel importante en el misterio. La red de conexiones se expandía, y el enigma del Lobo se volvía cada vez más intrincado.
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Belian
HorrorEn la penumbra de la ciudad, un asesino en serie conocido solo como "El Lobo" se mueve sigilosamente en las sombras. Con una mente retorcida y un estilo macabro, El Lobo convierte el crimen en su arte personal. Su firma: una rosa roja con pétalos do...