࿐ ࿔*:・𝐋𝐀𝐂𝐔𝐍𝐀 | JACAERYS VELARYON no esperaba encontrar en un matrimonio arreglado lo que faltaba para llenar el espacio en su alma.
• JACAERYS VELARYON X MALE OC!
[PERSONAJE MASCULINO] •
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JACAERYS
JACAERYS VELARYON TENÍA UNA COSA CLARA CUANDO SU MADRE FUE nombrada reina; la paz, al menos como él la conocía, prevalecería después de que colocaran la corona sobre su cabeza. Tras la muerte de su abuelo, la coronación de Rhaenyra Targaryen transcurrió sin los problemas que habían previsto. Viserys Targaryen, en su lecho de muerte, abogó a favor de su hija y consiguió lo que tanto había esperado Rhaenyra; que los Hightower se inclinaran ante ella como la única heredera para el Trono de Hierro.
Dos años pasaron desde la coronación, veinticuatro lunas llenas en las que Jacaerys rezó por haber podido aprovechar mejor su corta libertad. Participó en los consejos de su madre, voló por Poniente para asegurarse de que los aliados no se convirtieran en enemigos, hizo lo que un joven príncipe haría; asegurarse de que el reino de su madre subsistiera con prosperidad.
En esos dos años vieron uniones y despedidas. Su propio hermano menor, Lucerys, ya se había unido a alguien y dado a luz a su primer hijo, con solo nueve y diez años. Jacaerys, quien pasó la edad de matrimonio hacía ya cuatro años, esperó que su madre perdiera la esperanza de que él fuese el siguiente en contraer matrimonio. «Es un alma libre», le había dicho Alicent a su madre, después de que Jacaerys expresara su claro descontento ante la idea de un matrimonio.
—Un alma puede seguir siendo libre, aún después de unirse a alguien más —le había contestado su madre.
Jacaerys no lo creía cierto.
Gozaba de su libertad como nadie más. Podía salir del Desembarco del Rey cuando quisiera, sin tener que dar excusas o explicaciones innecesarias a alguien más. No estaba atado, no tenía hijos qué cuidar o una pareja con la cual perder los estribos. Estaba bien solo, siempre lo estuvo. Tal vez por eso rodó los ojos de una forma tan grosera cuando escuchó a uno de sus tíos impartir un leve regaño sobre su desinteresado ser.
—Lo digo en serio, Jace —dijo Aegon—. No puedes seguir dándole la espalda a tus responsabilidades.
—¿Responsabilidades? —Jacaerys escupió la palabra con burla, señalando la copa de vino que su tío tenía en la mano—. ¿Dónde están tus hijos? ¿Por qué no estás con ellos cumpliendo tus responsabilidades?
Aegon sonrió.
—Porque, contrario a lo que tú crees, un matrimonio no es sinónimo de exclavitud —respondió—. Cuidé de ellos esta mañana, Helaena quiso acompañarlos a sus clases de esta tarde, así que se encuentra con ellos.
Jacaerys suspiró.
Las puertas del salón se abrieron, mostrando a un alegre Lucerys con un pequeño niño en sus brazos. El niño tenía tan sólo cuatro lunas de nacido, pero ya podían ver los pequeños indicios de los rasgos Targaryen dominando su precioso rostro.
—¿Creíste que podrías esconderte de mi, hermano? —se burló.