Dámara Wayne

cap.46: una leyenda que se vuelve realidad

Hace muchos años, los Al Ghul han creído fervientemente en una antigua leyenda, conocida como "El caballero de las alas de murcielago"

El cual luchaba por llevar la justicia, usando las alas de murcielago junto a la espada "sangre de serpiente"

Dicha espada fue perteneciente al caballero, el la cual una larga serpiente blanca de la cual, se desconoce la especie, se enrrosco en la espada, así llenándola de sangre.

El la gran biblioteca con la que cuentan, antiguos escritos con las hojas desgastadas han contado dicha leyenda.

Los antiguos sacerdotes afirman su veracidad, mostrando que los hechizos que se cuentan y explican en esos libros.

Ra's, al buscar una nueva forma de poder, a llevado a cabo lo necesario para obtener el poder que el antiguo caballero a dejado como herencia para aquel que sea digno de recibirlo.

Las reglas consistían en las siguientes:

○Un par de tatuajes, más específicamente, unas alas de murcielago en la espalda, y una espada con una serpiente enroscada en brazo o pierna.

○Un ritual, el cual debe ser llevado cada día tercero del mes por tres años, el cual produce un gran dolor.

○Una ceremonia, el día cuarto de cada mes durante al igual, por tres años, donde se debe beber sangre de murcielago y serpiente en un cáliz de oro.

○El receptor debe ser una persona fuerte en la parte física, pero también en la parte sentimental, aceptar el dolor y la muerte, pero también mantener el orgullo.

○al final de los cuatro requisitos, se necesita hacer un hechizo específico, donde tres amuletos son atraidos por el receptor, donde el espíritu de la serpiente y las alas de murcielago pueda vivir y tener energía.

Al cumplir los cinco requisitos, depende totalmente del espíritu de la serpiente elegir al próximo caballero de las alas de murcielago.

La serpiente de largo tamaño solo aparece en el momento justo, cuando todos los requisitos han sido cumplidos, y allá visto que el receptor es digno.

Al momento de elegir al próximo portador la serpiente se enrolla en este, en un gran abrazo, listo para protegerlo de las frias garras de la muerte.

Tal fue la desesperación por ese poder oculto que la cabeza del demonio a hecho pasar por eso a sus hijos y nietos.

Incluida la joven Wayne.

En la antigua base de la liga de las sombras, la cual fue abandonada por falta de uso, el grupo de los The Brotherhood estaba investigando.

Nos encontramos en la gran biblioteca, la cual estaba cubierta por miles de telarañas y de las creadoras de estas.

Dos chicos, la joven líder y el hechicero del equipo se fueron en pareja para investigarlo.

Mientras los demás buscaban cualquier cosa dentro de las demás salas.

-entonces, esta es tu casa de infancia?- pregunto el joven Darga pata quitar el oscuro silencio.

-una de ellas, ase mucho que no venía específicamente a esta- responde la ojiverde.

-y para que se ocupaba esta?

-según recuerdo, era utilizados por los sacerdotes para unos rituales de la leyenda del caballero de las alas de murcielago- explico, tomando uno de los muchos libros.

-"leyenda del caballero de las alas de murcielago"?

-es una antigua leyenda que mi abuelo creía, según, el caballero contaba con alas de murcielago y la espada "sangre de serpiente", recuerdo que nos hacía pasar por cada ritual para obtener su poder- comento, con una leve sonrisa de lado.

-Wow, me dijeron que tu abuelo era alguien loco, pero no creí que tanto- comento, con sorpresa.

-las aguas de Lázaro no le hicieron muy bien que digamos- exclamó, con un cierto toco de burla en su voz.

Siguieron buscando algún tipo de información que les ayudará en un cómodo silencio, pues ya no había nada que hacer.

El chico de máscara de cabra tomó una pequeña caja de madera antigua que tenía un candado.

Al no tener llave, decidió utilizar un hechizo que dominaba para evitar problemas.

Segundos después la caja fue abierta, y mientras la abria, iba caminado hacia el centro de la habitación.

Adentro de dicha caja, se encontró con tres collares en forma de cuarzo, todos de color negro, tomo los collares de las cadenas y observo al fondo de la pequeña caja.

Más al fondo, debajo de los cuarzos, podía ver una hoja de papel, dañada y quemada de los bordes, de un color parecido al café y amarillo por el desgaste y la antigüedad que poseía.

El contenido que la antigua hoja poseía era unos antiguos escritos, los cuales no se entendían mucho, y más por el desgaste de la tinta.

Abajo de los escritos había un dibujo, unos tres cuarzos el del enmedio blanco y los oyros dos grises, muy parecidos a los que había ensima de la hoja.

Volvió a los escritos, le parecía muy conocida pero no podía identificarla con exactitud.

Llego al centro de la habitación, donde Dámara se encontraba parada mientras estudiando unos papeles así que no se dio cuenta de su llegada.

-"ªk's müy klégt dleo fsi chō"- repitio, tratando de pronunciar correctamente cada parte.

Al darse cuenta, una estela blanca los habia rodeado, lo que lo sorprendió.

Pequeñas partículas blancas y grises habían aparecido, lo más sorprendente, era que parecía que salían de la ojiverde.

Quien, a pesar de que algo así esté ocurriendo a su alrededor, no parecía ser consciente de eso, como si ella no lo viera.

Las partículas fueron adentrándose dentro de los tres cuarzos  los cuales fueron cambiando su color.

El del medio cambio a blanco, mientras los otros dos cambiaron a un gris no tan oscuro, pero tampoco tan claro.

La estela blanca se fue desvaneciendo, hasta que ya no estaba, todo volvió a la normalidad, y cuando se fijo, su líder ya no estaba.

-bienes? Darga- pregunto la ojiverde, mirando al chico máscara de cabra desde la puerta, con varios libros en manos.

El chico rápidamente asintió, la ojiverde asintió en respuesta y avanzo, en espera a que su compañero la siguiera.

Suren no sabia que acababa de pasar, así que guardo los tres collares entre su uniforme.

Sabia que algo grande se acercaba, y que pronto una leyenda se había realidad.