CAPÍTULO 11 🐹

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Eran las primeras horas de un domingo por la mañana cuando Minho se despertó lentamente, el sonido del timbre de la puerta interrumpiendo el silencio de su apartamento

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Eran las primeras horas de un domingo por la mañana cuando Minho se despertó lentamente, el sonido del timbre de la puerta interrumpiendo el silencio de su apartamento. Giró la cabeza hacia el lado de la cama donde Hannie, en su forma de hámster, dormía plácidamente sobre la almohada. El pequeño roedor estaba tumbado boca arriba, con las patitas estiradas y un aire de completa tranquilidad en su expresión.

Minho se estiró y, después de un momento para aclarar su mente, se levantó de la cama. Se dirigió a la sala, aún somnoliento, y abrió la puerta para encontrarse con su vecino Lee Félix, que estaba parado frente a él con una gran sonrisa en su rostro.

— Mmm, buen día, Félix.

Félix, con su cabello anaranjado y sus pecas a la vista, llevaba una caja de brownies en la mano.

— ¡Buenos días, oficial Lee!—Saludó alegre—He venido a traerte unos brownies que yo mismo hice. De hecho, hice para todos los vecinos.

— Mmm, muchas gracias, vecino—Minho, aún medio dormido, sonrió.

— De nada.

Aunque unos segundos después, Minho notó que su vecino también se veía un poco nervioso.

— ¿Todo bien?—Preguntó—Pareces un poco inquieto.

— No, sí...todo está bien—Félix comenzó a moverse de un lado a otro, mirando de vez en cuando los brownies.

— ¿Seguro?—Minho observó sospechosamente la caja rosada—No tienen droga, ¿o sí?

— ¿Cómo? No—Félix negó con la cabeza y jugó con sus manitas ocultas por las mangas largas de su suéter amarillo pastel holgado—Es que...en realidad...e-estoy un poco nervioso porque tengo una cita.

— ¿Una cita?—Minho levantó una ceja, sorprendido—Oh, vaya. Y... ¿Con quién es?

Félix sonrió tímidamente, sus mejillas sonrojándose un poco.

— Con Seo Changbin—Anunció—Es mi primera cita, así que por eso estoy un poco nervioso.

Los ojos de Minho se agrandaron un poco más: — ¿Te refieres al...al tipo serio y rudo que vive en el segundo piso? ¿Ese cabo?

— Sí, él.

— Whoa—A Minho le costó creerlo—Bueno, pues...espero que todo les salga bien a los dos.

— Sí, yo también espero lo mismo.

En ese momento, Hannie, que había despertado por el bullicio, trepó por el brazo de Minho hasta su hombro, frotando sus ojitos aún somnolientos con sus patitas delanteras. Félix notó al pequeño hámster y sonrió con alegría.

— ¡Oh, mira! Ese es el tierno hámster que fue a mi apartamento hace unos días—Comentó con una sonrisa amable—Es bueno ver que estás bien, pequeño amigo.

— Sí, parece que ha estado disfrutando de su tiempo aquí.

— Claro. O-Oiga, ¿Oficial Lee?

— ¿Sí?

— Antes de irme... mmm, pues, ¿cree que sea buena idea tener una cita con Changbin?

Minho intercambió una mirada de sorpresa con el pequeño hámster quien tampoco supo en ese momento qué respuesta podría brindarle al pecoso rubio.

— Mmm, pues...yo creo que sí, Félix—Contestó Minho algo incómodo—Solo recuerda relajarte y ser tú mismo. Creo que...no hay nada más atractivo que alguien que está genuinamente relajado y disfrutando del momento.

Félix asintió: — Ok. Gracias, oficial Lee. Lo tendré en cuenta.

Minho asintió, y Félix se despidió con otra sonrisa.

Cerró la puerta y regresó a la cocina con Jisung aún acurrucado en su hombro. Colocó los brownies sobre la mesa y se sentó, mirando al pequeño roedor mientras se preparaba para disfrutar de los deliciosos bizcochos.

— Bueno, Hannie—Dijo mientras partía un brownie en pedazos—Parece que hoy tendremos un desayuno especial gracias al tierno Lee Félix.

Hannie, moviendo sus orejitas y con una pequeña expresión de curiosidad, comenzó a emitir un suave chillido, como sí respondiera a las palabras de Minho. Aunque todavía en su forma de hámster, parecía estar más animado y comunicativo.

Minho partió un pedazo de brownie y se lo colocó cerca, dejando que lo olfateara y luego se acercara a probarlo. Se sirvió una taza de café y al igual que su pequeño compañero de desayuno, probó un pedazo del bizcocho.

— Mmm, no está mal—Habló con la boca medio llena—¿Oye, cachetón, quieres hacer algo divertido hoy? Ya sabes, tengo el día libre y me encantaría pasar un buen rato contigo.

Jisung irguió sus orejitas y un brillo divertido se reflejó en sus ojitos, dejó de comer para prestar atención a Minho.

— ¿Te gusta la idea?—Miró hacia la ventana—Tal vez podríamos dar un paseo por el parque. El clima es agradable y sería un buen cambio de ambiente. O...tal vez podríamos quedarnos en casa y ver alguna película.

Hannie se movió hacia el borde de la mesa, mirando a Minho con curiosidad. Movió su pequeña naricita, sugiriendo con un suave chillido que estaba considerando ambas opciones.

— ¿Qué te gustaría hacer?—Se inclinó un poco para ver la reacción de Hannie—¿Prefieres quedarte aquí en casa? Tener una tarde de películas con tus snacks favoritos.

Jisung hizo un pequeño movimiento hacia el lado de Minho, como si estuviera satisfecho con la idea de quedarse en el calentito apartamento.

Minho asintió al ver la reacción del hámster: — Ok, entonces, podemos relajarnos con una película. ¿Te parece bien?

Hannie saltó ligeramente sobre la mesa, moviendo sus orejas en señal de entusiasmo. Sí, estaba muy emocionado por la idea.

— Perfecto—Dijo Minho, levantándose y acariciando suavemente su cabecita—Entonces, vamos a escoger la película, cachetón.

Esa tarde en el apartamento de Minho, Hannie sintió una oleada de emociones que le envolvieron como una cálida manta. El ambiente estaba impregnado de una tranquilidad que contrastaba con el tumulto de sus pensamientos previos. Las luces suaves del salón y el suave murmullo de la película que se proyectaba en la pantalla crearon un refugio de calma.

Mientras se acurrucaba junto a Minho en el sofá, el corazón de Hannie latía con un ritmo constante de felicidad y agradecimiento. Cada vez que Minho le dirigía una mirada afectuosa o le ofrecía un pequeño gesto de cariño, Hannie sentía que su corazón se expandía con una felicidad sencilla pero inmensa. Era un sentimiento de paz y plenitud, como si finalmente hubiera encontrado su lugar en el mundo.

En esos momentos, el pasado doloroso y las ansiedades se desvanecieron, porque lo único que importó fue la compañía que compartía con esa persona que estaba empezando a amar.

🐹 ¿HANNIE DÓNDE ESTÁS? (MINSUNG) 🐹Donde viven las historias. Descúbrelo ahora