En su apartamento, una diminuta figura dorada aguardaba en la penumbra. Durante el día, era un hámster solitario y discreto, pero al caer la noche, se transformaba en un ser juguetón y curioso. Su nombre era Han Jisung, y ocultaba un secreto profund...
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El sol comenzó a ponerse en el horizonte, tiñendo el cielo de tonos cálidos anaranjados y rosados. La playa del Matheson Hammock Park se llenó de una suave brisa, y el sonido relajante de las olas creó un ambiente idílico. Los dos jóvenes estaban sentados en la manta, disfrutando del picnic sencillo mientras el día se despedía lentamente.
Minho había preparado una pequeña fiesta de regreso a la tarta de queso que Jisung tanto había extrañado. Colocó un par de porciones en dos pequeños platos y sacó las dos botellas de agua refrescantes. Transformándose en su forma habitual de hámster, Jisung se acomodó sobre la rodilla de Minho, mirando el horizonte con curiosidad y expectación.
— Aquí tienes, Hannie, tu tarta de queso favorita—Extendió el delicioso bizcocho lentamente hacia su naricita.
Jisung olisqueó la tarta, posando poco después sus patitas sobre ella e iniciando un ataque de pequeños mordiscos para su propio deleite. Vaya, cómo extrañó la deliciosa tarta de queso.
— Come despacio, cachetón—Minho le dio un mordisco a su trozo de tarta—Aún queda más de la mitad, solo para ti.
El sol se sumergió lentamente en el océano, creando una estampa visual digna de un cuadro. La calma y la belleza del atardecer contrastaron con las tensiones pasadas, y ambos disfrutaron del momento en silencio.
Se sintieron a gusto y en paz en ese hermoso entorno natural, el ambiente pareció propicio para una conversación sincera.
— Oye, Hannie—Los ojitos de Hannie le prestaron atención a Minho—Ahora que estamos aquí...mmm, quiero decirte algo que no he tenido el coraje de decir antes.
El pequeño hámster ladeó un poquito su cabecita, teniendo aún un trocito de tarta en sus patitas. Minho suspiró, y regresó la vista al mar.
— He cometido muchos errores—Inició— Y sé que he fallado en demostrarte cuánto significas para mí. Por eso hoy quiero decirte la verdad.
¿Qué verdad? Jisung mantuvo el equilibrio, parándose en sus dos patitas traseras. Minho tragó saliva, pero se atrevió a verlos a los ojos.
— Hannie, estoy enamorado de ti—Lo dijo sinceramente. Jisung parpadeó—Te amo, y también me gustas. Me gustas mucho.
Sus ojos se llenaron de lágrimas mientras expresaba sus sentimientos.
Minho. El pequeño hámster también sintió ganas de llorar. De felicidad. Minho lo amaba. Lo amaba mucho, le gustaba, ¡sí!
— Quiero pasar el resto de mi vida contigo, sin importar lo que digan los demás sobre nuestra relación.
>> Quiero formar una familia contigo, tener nuestra propia camada, compartir cada mañana, cada tarde, y cada noche juntos.
Al escuchar esas palabras, Jisung regresó a su forma humana, al mismo tiempo que las lágrimas rodaron por sus mejillas por culpa de sus sentimientos desbordados. La sinceridad en la voz de Minho y la profundidad de su declaración tocaron profundamente su corazón.
