En su apartamento, una diminuta figura dorada aguardaba en la penumbra. Durante el día, era un hámster solitario y discreto, pero al caer la noche, se transformaba en un ser juguetón y curioso. Su nombre era Han Jisung, y ocultaba un secreto profund...
¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
Esa madrugada, como siempre, Minho salió hacia la academia, sin percatarse de que algunos segundos después de haber cerrado la puerta de su apartamento, Jisung despertó por unos leves calambres en su abdomen. Se dirigió tambaleante hacia el baño y, poco después, comenzó a vomitar. Tembloroso, vació el inodoro y luego se levantó para lavarse los dientes. En el espejo se vio un poco demacrado y pálido. Salió de la habitación, dirigiéndose a la cocina para tomar un vaso de agua, pues se encontraba muy sediento.
Así transcurrió el resto del día para Jisung. No toleraba ciertos alimentos porque de inmediato sentía náuseas y devolvía lo poco que su estómago lograba aceptar de la comida. Desesperado por sentirse mejor, decidió bajar al tercer piso y dirigirse al apartamento de Félix.
El pecoso abrió la puerta, y su sonrisa habitual desapareció al ver a su amigo muy pálido y temblando.
El joven híbrido se quedó estupefacto, la noticia lo había golpeado como un torrente de emociones. ¿Em...embarazado, dijo?
— No...no puede ser... ¿Otra vez?—Murmuró, recordando una vez más todo lo malo que le había ocurrido con el aborto espontáneo anterior.
La doctora se acercó y le puso una mano en el hombro para tranquilizarlo.
— Sé que esto puede ser abrumador, Han, pero vamos a hacer todo lo posible para que esta vez todo salga bien.
— Pero...yo...no...
— Por ahora, necesitas descansar y seguir las indicaciones que te voy a dar.
Jisung asintió, tratando de calmarse, aunque el miedo aún lo atenazaba. Félix le tomó la mano, brindándole su apoyo silencioso.
— Tranquilo, mi pastelito. Estoy aquí contigo—Félix le sonrió con ternura—No te voy a dejar solo en esto.
— Ok—Jisung susurró, tratando de sonreír—G-Gracias.
La doctora les entregó algunas indicaciones y recomendaciones, asegurándose de que Jisung entendiera la importancia de seguirlas al pie de la letra. Con un suspiro profundo, el joven híbrido trató de serenarse, consciente de que tenía una nueva oportunidad que enfrentar.
