CAPÍTULO 5 🐹

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El domingo por la mañana, Minho fue despertado abruptamente por un fuerte ruido proveniente del tercer piso

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El domingo por la mañana, Minho fue despertado abruptamente por un fuerte ruido proveniente del tercer piso. Era música ruidosa de K-pop y Dance, específicamente de la canción "Back Door" de Stray Kids, que resonaba a todo volumen, sacándolo de su sueño y haciéndolo saltar en la cama.

Jisung, quien también dormía al lado de la almohada de Minho, se despertó asustado y rápidamente se escondió bajo la camiseta blanca que el oficial estaba usando. Sus pequeñas patitas le hicieron cosquillas en el abdomen y en el pecho, provocando una risa involuntaria en Minho.

— ¡Jisung, eso hace cosquillas!

Consultó el reloj y vio que eran las diez y media de la mañana. Resignado a que su día de descanso había comenzado de manera abrupta, decidió levantarse para preparar el desayuno. Jisung, aún somnoliento, se acomodó en su hombro, frotándose los ojitos y la naricita con sus patitas delanteras.

— ¿Todo en orden, cachetón? Parece que tuviste un gran susto.

— Mmm, tú también.

— Ah, es algo con lo que he lidiado en los últimos años—Comentó—Tener unos vecinos tan ruidosos como Seungmin y su hermano menor Jeongin, ha sido una completa pesadilla para mí.

— Mmm, quiero seguir durmiendo—Murmuró Jisung con su voz sonando adormilada.

— Vamos, cachetón. Ya es hora de desayunar—Dijo, dirigiéndose a la cocina.

Minho comenzó a preparar el desayuno, optando por algo sencillo pero delicioso: tostadas con aguacate y huevos revueltos. Mientras cocinaba, Jisung se acurrucó en su hombro, resistiéndose a despertar por completo.

— Bueno, ya que hoy es mi único día de descanso, creo que me quedaré aquí para ver películas o tal vez animé—Comentó Minho mientras servía el desayuno en la mesa.

Jisung abrió un ojo y luego lo cerró nuevamente.

— Puedes ver lo que quieras, pero yo prefiero seguir durmiendo—Dijo, su voz todavía apagada por el sueño.

Minho encogió sus hombros suavemente y dejó que Jisung descansara mientras él disfrutaba de su desayuno. A pesar del inicio ruidoso del día, se sentía agradecido por tener un día libre para descansar y relajarse.

Después de desayunar, Minho se acomodó en el sofá con una manta, listo para disfrutar de ese grandioso domingo

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Después de desayunar, Minho se acomodó en el sofá con una manta, listo para disfrutar de ese grandioso domingo. Decidió comenzar con un animé que había querido ver unas semanas atrás. Por otra parte, el pequeño hámster, se había acomodado en su regazo, durmiendo plácidamente.

A medida que el día avanzó, Minho se sumergió en las historias y los mundos animados que tanto le gustaban, disfrutando de la tranquilidad de su apartamento. Aunque ocasionalmente, los ruidos provenientes del apartamento de los hermanos Kim interrumpieron la paz, el oficial se las arregló para ignorarlos y seguir disfrutando de su descanso.

 Aunque ocasionalmente, los ruidos provenientes del apartamento de los hermanos Kim interrumpieron la paz, el oficial se las arregló para ignorarlos y seguir disfrutando de su descanso

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No supo en qué momento se quedó dormido, pero cuando Minho despertó, la noche había caído y el apartamento estaba a oscuras. Sintió un peso extraño en su pecho y cuerpo, algo cálido y ligero que lo mantenía inmóvil. Con la mano temblorosa, buscó el interruptor de la lámpara junto al sofá y la encendió. La luz suave llenó la habitación, revelando la figura de Jisung dormido plácidamente sobre él en su forma humana.

Minho parpadeó varias veces, intentando procesar lo que veía. Jisung estaba acurrucado, con su rostro angelical a solo unos centímetros del suyo, y sus orejitas de hámster moviéndose ligeramente en sueños. Su respiración era tranquila y rítmica, cada exhalación hacía una brisa cálida sobre la piel de Minho.

La luz iluminaba suavemente el rostro de Jisung, resaltando su piel tersa y sus pestañas largas que descansaban sobre sus mejillas. Los labios ligeramente entreabiertos y la expresión serena le daban un aire de inocencia y vulnerabilidad. Minho se encontró detallando cada rasgo: la suavidad de su piel, la curva de sus cejas, y la forma en que sus cabellos caían desordenadamente sobre su frente.

A medida que lo observaba, sintió los acelerados latidos de su corazón. La cercanía de Jisung, su calor, y la sensación de su respiración en su cuello lo hicieron consciente de cada latido, resonando en sus oídos como un tamborileo incesante. No pudo evitar sonrojarse, una mezcla de nerviosismo y algo más profundo que no podía identificar.

Después de unos minutos, Jisung comenzó a moverse, sus orejitas temblando ligeramente mientras se desperezaba. Abrió lentamente los ojos, desorientado al principio, y luego enfocó la mirada en Minho.

— Hola, oficial Lee Minho.

— Hola.

Se quedaron así, mirándose fijamente durante unos instantes que parecieron eternos, hasta que ambos desviaron sus miradas con un sonrojo evidente en sus rostros.

— Eh... ¿tienes hambre?—Preguntó Minho nerviosamente, tratando de disimular su nerviosismo—Yo...creo que iré a preparar algo rápido.

Jisung asintió tímidamente, y en un parpadeo, se transformó de nuevo en su forma de hámster. Minho se levantó con cuidado, dirigiéndose a la cocina mientras intentaba enfocar su mente en la actualidad y no en la sensación de haber tenido y sentido a Jisung sobre él.

Sacudió la cabeza para deshacerse de ese extraño sentimiento y decidió preparar un ramen sencillo con algunos vegetales.

Mientras Minho cocinaba, Jisung, todavía sintiéndose tímido, entró a la cocina en busca de comida. Sus patitas hacían un ruidito característico por el suelo en tanto se acercaba a la nevera. No pudo abrir la puerta, y le dio mucha penita pedirle ayuda al humano, así que mejor se optó por subir a una de las alacenas donde encontró un paquete de arándanos secos. Con esfuerzo, tiró el paquete al suelo y saltó sobre él, logrando abrirlo y comenzando a comer.

Minho observó la escena, sintiendo una mezcla de diversión y ternura. Terminó de preparar su ramen y se sentó a comer en la isla de la cocina. Unos minutos después, Jisung con el paquete de arándanos secos entre sus dientecitos y sus patitas, decidió unirse a él. Ambos cenaron en silencio, disfrutando de la tranquila compañía mutua, mientras la noche se hacía más profunda y el sonido suave de la lluvia comenzaba a resonar en las ventanas.



Volví, Quesitos. 

Todos estos días he estado trabajando en esta historia. El Minsung es más real que el maldito gobierno. 

🐹 ¿HANNIE DÓNDE ESTÁS? (MINSUNG) 🐹Donde viven las historias. Descúbrelo ahora