En su apartamento, una diminuta figura dorada aguardaba en la penumbra. Durante el día, era un hámster solitario y discreto, pero al caer la noche, se transformaba en un ser juguetón y curioso. Su nombre era Han Jisung, y ocultaba un secreto profund...
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Dos semanas después de haber cumplido el plazo de su suspensión, Minho regresó a la academia de policía. Estaba decidido a cumplir su palabra de ser el mejor oficial de policía y obtener su certificación en el último mes que le quedaba.
El primer día de su regreso, Minho se reunió con sus amigos en la cafetería. La charla animada llenó el aire mientras compartían historias y bromas.
— ¡Minho, bienvenido de vuelta!—dijo Jun, dándole una palmada en la espalda—Nos alegramos de verte aquí otra vez.
— Gracias, chicos—Respondió Minho con una sonrisa—Es bueno estar de vuelta.
— ¿Listo para dar lo mejor de ti en este último mes, amigo?—Preguntó Mark.
— Sí, lo estoy.
— Ese es el espíritu—Habló Sun Woo—Sabemos que lo harás genial, Minho. Siempre has sido el más dedicado de nosotros.
— Tiene razón—Dijo Woojin con una expresión seria pero relajada.
La conversación continuó, entre todo el grupo hablaron sobre las próximas evaluaciones y entrenamientos. Minho terminó de disfrutar su helado de fresa, hasta que Jackson se inclinó hacia él con una expresión curiosa.
— ¿Qué vas a preguntar ahora, Wang?—Minho ya conocía las tácticas de su amigo para hacer todo tipo de preguntas.
— Mierda, me conoces tan bien—Jackson maldijo entre dientes, mientras su amigo lo miró burlón—Ja, ¿Cómo han ido las cosas con el híbrido?
— Se llama Jisung, y está bien—Respondió, sonriendo con cariño—Gracias por preguntar. Puedo decirte que ha sido un ajuste interesante, pero estamos muy bien juntos.
— Ya, entiendo—Jackson terminó de almorzar—Pues, me alegra escuchar eso, mi amigo. Y sobre lo que le pasó esa vez, sobre...ya sabes a qué me refiero.
— Oh, sí. Mmm, respecto a eso...quizás más adelante...cuando todo esté más estable, quizás Hannie y yo podríamos intentar formar una familia—admitió Minho.
Los ojos de Jackson se agrandaron con sorpresa y una sonrisa apareció en su rostro.
— Whoa, ¿En serio?—Minho se encogió de hombros—Y... ¿Estás listo para dar ese paso?
— Creo que, con el tiempo, podríamos hacerlo funcionar, amigo.
El otro oficial asintió, comprendiendo: — Es un gran paso, mi amigo. Así que sí me permites darte un consejo: primero vive tu vida, culmina tu entrenamiento en la academia, sé el mejor policía, y cuando la oportunidad venga...entonces, haz lo que más te ha dicho tu corazón respecto a tu pareja.
— Sí, lo sé—Jackson le dio unas suaves palmadas en la espalda—Gracias, Wang.
