CAPÍTULO 7 🐹

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Jisung se deslizó por los conductos de ventilación del edificio, buscando un lugar donde refugiarse durante el día

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Jisung se deslizó por los conductos de ventilación del edificio, buscando un lugar donde refugiarse durante el día. La noche anterior había sido larga y difícil, llena de pensamientos agitados y dolorosos. Sus pequeños pies se movían con lentitud mientras avanzaba, arrastrado por la tristeza y el agotamiento emocional.

Mientras recorría los oscuros y estrechos conductos, las palabras de Minho resonaban en su mente. La acusación de ser una "plaga" le había causado un dolor profundo, uno que sentía como sí le hubiera desgarrado el corazón. Las lágrimas habían fluido libremente de sus ojitos, y su pequeño cuerpo había temblado de tristeza.

Plaga, pensó Jisung, enojado y herido. ¡No somos plagas! Los hámsters jamás hemos sido considerados una plaga. Solo somos animales pequeños buscando cuidado. ¿Cómo pudo decir eso? ¿Acaso no me ve como alguien más que un simple roedor?

— Bobo y feo policía—Maldijo.

Los pensamientos y las emociones de Jisung se entrelazaron mientras continuaba su búsqueda. Se sentía menos activo, su energía había decaído debido al dolor. La tristeza lo había envuelto y la sensación de rechazo lo había dejado sin fuerzas.

A medida que se adentraba en el conducto, Jisung decidió que necesitaba un lugar donde pudiera estar un poco más cómodo. Recordó el cálido apartamento rosa suave de su vecino, Lee Félix. Sabía muy bien que ese joven era una persona amable y comprensiva. Tal vez allí podría encontrar un poco de consuelo.

Con sigilo, se deslizó fuera del conducto y aterrizó suavemente sobre el suelo del salón. Desde su escondite, observó al joven de cabello naranja, ojos azules y pecas en su rostro, haciendo yoga en la sala.

Félix se movía con gracia y concentración, pero pronto notó un pequeño movimiento en el suelo. Sus ojos se iluminaron al ver a Jisung y, sin dudarlo, se levantó de su postura para acercarse al pequeño hámster.

— ¡Oh, hola otra vez mi pequeño amigo! ¡Oh, mira qué adorable eres!—Dijo Félix con una sonrisa cálida, agachándose para ver mejor a Jisung.

Jisung levantó la vista, sintiendo una mezcla de aprecio y desconfianza. La ternura de Félix y su actitud amable eran un bálsamo para su corazón herido, pero una parte de él seguía dudando.

No lo culpen, todo se debía al hecho de recordar sus experiencias pasadas.

No puedo confiar en los humanos, pensó Hannie, sintiendo un peso en su pechito. Aunque parezca que Félix es amable, no puedo arriesgarme a revelar mi secreto. La última vez me dijeron que era una plaga. Nunca más volveré a confiar tan fácilmente.

Félix, notando la tristeza en los ojitos de Jisung, le ofreció una almendra.

— Anda, pequeño amigo, come.

Con el corazón aún roto, Hannie miró la almendra. No tenía apetito, y el dolor en su pecho parecía dejarlo aún menos interesado en la comida. Sin poder aceptar el ofrecimiento, simplemente se encogió un poco.

— ¿Qué te pasa, mi pequeño amigo?—Félix lo miró preocupado—¿No quieres comer? ¿Estás enfermo?

Jisung prefirió acomodarse en un rincón del apartamento, sintiendo la calidez y la tranquilidad del lugar. Aunque el gesto de Félix le proporcionó un alivio temporal, la desconfianza hacia los humanos persistió.

Nunca más volvería a revelar su secreto de ser un híbrido a un humano. Mientras descansaba en el acogedor apartamento rosa suave, Jisung sabía que debía proteger su verdadero yo y enfrentar su dolor solo, sin permitir que nadie más descubriera su verdadera naturaleza.

🐹 ¿HANNIE DÓNDE ESTÁS? (MINSUNG) 🐹Donde viven las historias. Descúbrelo ahora