En su apartamento, una diminuta figura dorada aguardaba en la penumbra. Durante el día, era un hámster solitario y discreto, pero al caer la noche, se transformaba en un ser juguetón y curioso. Su nombre era Han Jisung, y ocultaba un secreto profund...
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Jisung había visto a Minho salir del edificio por la ventana, caminando unas cuantas calles antes de tomar el autobús que lo llevaría a la Academia de Policía de Miami. Es por eso que decidido a seguirlo, el pequeño híbrido de hámster emprendió su aventura en el mundo exterior, enfrentando peligros que pusieron a prueba su coraje y determinación.
El primer obstáculo fue cruzar la calle. Los autos pasaban a gran velocidad, y Jisung tuvo que esperar el momento exacto para correr a través de las franjas peatonales, casi siendo aplastado en varias ocasiones. Su pequeño corazón latía con fuerza, pero su resolución no flaqueaba. Eso estuvo muy cerca. Muy bien, Hannie, sigue así.
Poco después, un gato callejero lo descubrió. Con ojos hambrientos y afiladas garras, el felino se abalanzó sobre él. ¡Vuelve aquí, roedor! Oh, por todos los santos, ¡Era un híbrido de gato! Jisung, ágil y rápido, corrió hacia un callejón estrecho, demasiado pequeño como para que el gato aún lo siguiera. Jadeando y temblando, se quedó quieto entre unos gajos podridos de naranja, hasta que el gato perdió el interés y se alejó.
También tuvo que escapar del ataque del perro rabioso. Otro híbrido. ¡Lárgate de mi territorio, pequeña rata de alcantarilla! Ladró muy molesto. Mientras corría a través de las calles de la ciudad, sus patitas moviéndose rápidamente sobre el asfalto mojado, sentía su corazón palpitando con una mezcla de adrenalina y miedo. El híbrido de perro, que había sido una amenaza implacable, finalmente se había perdido de vista, gracias a la rápida maniobra de Jisung al deslizarse bajo un carrito de frutas y su frenética carrera a través de un alcantarillado.
¡Ja! ¡No soy una rata de alcantarilla! Soy un hámster, y puedes irte... ¡Por donde viniste, perro estúpido! Se burló del canino.
Se adentró en el laberinto urbano, el alivio recorriendo su cuerpecito por haber escapado de la amenaza se mezclaba con la gratitud y la determinación. Sus ojitos brillaban con una mezcla de emoción y esperanza mientras se aferraba a su pequeño coraje. Cuando Jisung finalmente se encontró cerca de las instalaciones principales, una sensación de triunfo lo invadió. Había enfrentado peligros inimaginables, y su corazón estaba lleno de esperanza. Estaba dispuesto a enfrentar cualquier otro desafío que se le presentara, con tal de encontrar a Lee Minho.
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