Narra Lisandro.
La miro cuando ella se acerca y sonrio.
-Me encanta tu olor gorda- Susurro en su oído.
Era verdad, olía riquísimo, una mezcla dulce entre vainilla y coco. Me volvía loco.
-A mí me encantas vos- Dice acercándose un poco más y sonrío al tenerla tan cerca.
Acerca sus labios a los míos y sin esperar más la beso con ganas. Las ganas que vengo aguantando desde esa noche.
Esa noche que me encantó y que no podía sacarme de la cabeza.
Me volvía loco recordar su cara de placer cuando la poseía alguno de nosotros tres.
-Vamos a mí pieza- Dice agarrándome la mano y guíandome.
Ni bien entramos en esta, ella intenta volver a besarme pero la tiro sobre su cama.
-Sacate la remera- Le ordeno y ella sin esperar más se la saca dejándome a la vista sus hermosas tetas. -Dios mí amor, mira lo que sos- Ella sonríe al escucharme y empieza a acariciarse sus tetas sin dejar de mirarme.
Yo procedo a sacarme también mí remera y mí pantalón, quedando solo en boxer.
Sus ojos bajan a mí entre pierna y se muerde el labio.
-¿Que pasa?-
-Me encanta ver cómo te calentas al verme- Me dice volviendo sonreír y se acerca a mí. -A ver-
Se agacha en frente mío y sonrío sabiendo lo que se viene.
Lindsay baja mí boxer y mí pija ya estaba completamente parada.
Se acerca a mis testículos y deja dos besos por lo que suspiro. Empieza a dejar un camino de besos hasta la punta de mí pija y se la lleva a la boca. Solo la cabeza.
-Dale amor- Gimo y ella procede a, de a poco, introducir toda la pija a su boca logrando que a lo último se escuche un ruido desde su garganta. -Que rico mí amor segui-
Ella asiente mirándome y vuelve a introducir mí miembro en su boca, una y otra vez, aumentando la velocidad de su chupada logrando que sus ojitos se llenen de lágrimas.
-¿Te gusta?- Pregunta ella dejando de chupar y mirándome.
¿Cómo no me va a gustar? Si lo hacía perfecto.
Me quedé mirándola unos segundos mientras ella tenía sus ojos clavados en mí, mirándome con curiosidad.
-Obvio que me gusta mí amor- Susurro logrando que ella me sonría y cuando ella iba a seguir yo la levanto. -Despues seguís. Quiero probarte de nuevo- Le susurro en su oído para volver a tirarla a la cama como hacía un rato atrás.
Pongo mis manos en sus rodillas y le separo las piernas.
Acerco mí cara a su entre pierna y sonrío al sentir ese olor riquísimo que emanaba ella.
Agarro la tira de su ropa interior y la saco rapidsmente.
Llevo mí mano a su clítoris y lo acaricio suavemente logrando que ella suspire.