10.

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Narra Lisandro.

La miro cuando ella se acerca y sonrio.

-Me encanta tu olor gorda- Susurro en su oído.

Era verdad, olía riquísimo, una mezcla dulce entre vainilla y coco. Me volvía loco.

-A mí me encantas vos- Dice acercándose un poco más y sonrío al tenerla tan cerca.

Acerca sus labios a los míos y sin esperar más la beso con ganas. Las ganas que vengo aguantando desde esa noche.

Esa noche que me encantó y que no podía sacarme de la cabeza.

Me volvía loco recordar su cara de placer cuando la poseía alguno de nosotros tres.

-Vamos a mí pieza- Dice agarrándome la mano y guíandome.

Ni bien entramos en esta, ella intenta volver a besarme pero la tiro sobre su cama.

-Sacate la remera- Le ordeno y ella sin esperar más se la saca dejándome a la vista sus hermosas tetas. -Dios mí amor, mira lo que sos- Ella sonríe al escucharme y empieza a acariciarse sus tetas sin dejar de mirarme.

Yo procedo a sacarme también mí remera y mí pantalón, quedando solo en boxer.

Sus ojos bajan a mí entre pierna y se muerde el labio.

-¿Que pasa?-

-Me encanta ver cómo te calentas al verme- Me dice volviendo sonreír y se acerca a mí. -A ver-

Se agacha en frente mío y sonrío sabiendo lo que se viene.

Lindsay baja mí boxer y mí pija ya estaba completamente parada.

Se acerca a mis testículos y deja dos besos por lo que suspiro. Empieza a dejar un camino de besos hasta la punta de mí pija y se la lleva a la boca. Solo la cabeza.

-Dale amor- Gimo y ella procede a, de a poco, introducir toda la pija a su boca logrando que a lo último se escuche un ruido desde su garganta. -Que rico mí amor segui-

Ella asiente mirándome y vuelve a introducir mí miembro en su boca, una y otra vez, aumentando la velocidad de su chupada logrando que sus ojitos se llenen de lágrimas.

-¿Te gusta?- Pregunta ella dejando de chupar y mirándome.

¿Cómo no me va a gustar? Si lo hacía perfecto.

Me quedé mirándola unos segundos mientras ella tenía sus ojos clavados en mí, mirándome con curiosidad.

-Obvio que me gusta mí amor- Susurro logrando que ella me sonría y cuando ella iba a seguir yo la levanto. -Despues seguís. Quiero probarte de nuevo- Le susurro en su oído para volver a tirarla a la cama como hacía un rato atrás.

Pongo mis manos en sus rodillas y le separo las piernas.

Acerco mí cara a su entre pierna y sonrío al sentir ese olor riquísimo que emanaba ella.

Agarro la tira de su ropa interior y la saco rapidsmente.

Llevo mí mano a su clítoris y lo acaricio suavemente logrando que ella suspire.

Pandora | Enzo FernandezDonde viven las historias. Descúbrelo ahora