42.

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Narrador omnisciente.

Esa sonrisa triste que ambos tenían los destruía por dentro a ambos.
Ninguno de los dos entendía cómo en tan poco tiempo una persona puede llegar a amar tanto a otra.

Enzo se había enamorado ya dos veces en su vida, pero jamás al nivel de ahora.
Nunca amó tanto a una mujer como sentía que la amaba a Lindsay.
Esa joven había sido su perdición desde el día que la conoció.

Y ella siempre negándose a sentir algo por otra persona.
Ni siquiera queriendo dormir con otro hombre justamente para no mezclar los sentimientos.
Desde esa noche en que estuvo con los 3 supo que algo cambio dentro de ella.
Sin saber, por supuesto, que iba a terminar completamente enamorada del oriundo de San Martín.

Su madre siempre diciendo que se aleje de este tipo de chicos.
Siempre diciéndole que no servían para nada, que siquiera les hable, nada.
Y ahí estaba, a punto de llorar por despedir al primer amor en su vida.

-Nose que voy a hacer sin vos- Susurra él viendo el cuerpo desnudo de ella sobre la cama.

-Yo tampoco - Susurra de igual manera viendo como él se sube encima suyo.

Sus miradas conectaron al instante, ambos no podían mirar para otro lado que no sean sus ojos.
Se miraban con tanto amor pero con tanta tristeza al mismo tiempo.
Sabían que esta era verdaderamente su despedida, y aunque dolía demasiado sabían ambos que era lo mejor que podían hacer.

Él no podía darle una relación y una familia a ella. Y ella no podía confiar en él.

Enzo posa su miembro en la entrada de ella y sin esperar más se hunde dentro suyo.
Ambos dejan escapar un leve jadeo de sus labios, se necesitaban el uno al otro.

-Amor- Jadea él en sus labios -Prometeme que no me vas a olvidar- Pide con la voz entre cortada.

Ninguno de los dos entendía cómo una despedida podía doler tanto.
Más una despedida de algo que al final nunca fue.
La misma pregunta de siempre "¿Cómo se puede amar tanto a alguien en tan poco tiempo?".

-Amor, siempre voy a ser tuya- Susurra ella comenzando a besarlo lenta y amorosamente.

Él se movía dentro de ella tan lento pero profundo al mismo tiempo.
Era imposible no gemir, sentía que en cada embestida sus cuerpos se iban a terminar uniendo, tanto como sus almas.

De un movimiento Enzo se sienta en la cama haciendo que ella se pose encima suyo y así entrar nuevamente en su cuerpo.
Ambos sentados, ella moviéndose lentamente en círculos.
Él abrazándola por la cintura, ella abrazándolo por los hombros.
Ambos mirándose fijamente, con los labios entreabiertos.
Sintiendo el calor que emanaban sus cuerpos.
No querían que esto acabe nunca, porque cuando pase iba a doler más de lo que ya dolía.

-Te amo Lindsay- Dice él dejando caer una lágrima. ¿Por qué dolía tanto? ¿Por qué? Si él nunca lloraba, ¿que hizo ella para que se convierta en este ser tan sensible y humano?.

-Te amo Enzo- Corresponde ella sintiendo una liberación en su alma, necesitaba decírselo, lo tenía atorado en la garganta y en el corazón.

Ambos se funden en un beso apasionado, que no querían terminar por nada del mundo.

Él la deja sobre la cama, ahora sí separándose, dándola vuelta para ver su espalda completa y empezar a repartir besos por toda esta.

Pandora | Enzo FernandezDonde viven las historias. Descúbrelo ahora