Narra Enzo.
Nos estábamos cagando de risa a la vez que comíamos helado.
Estábamos los 4 aún en la mesa, y yo no podía estar más feliz.
Me sentía completo, hacía tiempo no la pasaba tan bien.
Hace tiempo que no compartía un almuerzo familiar por la pelea entre Valentina y mí familia.
Lo único que ahora me hacía falta es mí hija, nada más.
-Y así fue como Enzo empezo- Termina de contar mí mamá.
-Mira las cosas que vivió este chico- Habla Lindsay sonriendo.
Dios, no me canso de decir lo hermosa que es.
-¿Cómo fue tu vida?- Pregunta mí papá curioso y Lindsay lo mira -¿Tuviste alguna dificultad económica o algo de eso?-
Estábamos hablando de lo que les costó sacarnos adelante a todos.
-Gracias a Dios no, mí papá siempre tuvo buena economía. Se que mí mamá si era de familia humilde pero cuando se casó con mí papá cambio todo - Responde mirándolo -Y bueno cuando nací yo ya estaba aún mejor mí papá -
-¿Sos hija única no?- Pregunta mí mamá y ella asiente.
-Bueno, no te faltó nada entonces por suerte - Dice mí papá.
Yo me dedico a observar a Lindsay y su cara había cambiado un poco al escuchar la respuesta de mí viejo.
-Bueno cuestión, ¿te gustó el asado o no al final?- Pregunto yo interrumpiendo y ella me sonríe.
-Si, estaba muy rico la verdad -
-Bueno, entonces cuando vayas a vernos allá te vuelvo a hacer- Contesta mí papá y yo vuelvo a mirar a Lindsay.
-Te falta conocer al resto de los Fernández- Dice mí mamá sonriendo y Lindsay estaba completamente roja.
-Bueno che, todavía nosé si me va a decir que si- Hablo haciendo que nos riamos. -Nos estamos conociendo todavía -
(...)
Estaba con mis papas en el centro pero como Lindsay se había quedado decidí volverme solo porque mis papás iban a seguir paseando.
Me estaciono y cuando entro en mí casa busco a Lindsay en mí pieza y no estaba.
Cuando me fui estaba durmiendo.
Bajo las escaleras buscándola y nada. ¿Se había ido?
Miro por el ventanal que da hacía el patio y ahí la veo afuera sentada.
Me acerco despacio para asustarla pero cuando me doy cuenta está llorando.
-Eu amor, ¿que paso?-
-Ay Enzo- Responde asustada y secándose las lágrimas lo más rápido que puede -¿Tus papás?-
-Se quedaron en el centro- Me siento al lado de ella y la miro -Gorda, ¿que pasa?-
-Nada En, de verdad tenés una familia hermosa-
-Si, lose- Veo que nuevamente se le cae una lágrima y ahora la limpio yo -Gorda, ¿que pasa con tu familia?-
-No me quieren - Responde con simpleza.
-¿Cómo no te van a querer gorda?-
Ella niega mirando a la nada y se queda callada.
Yo no insisto, se que no le gusta hablar de sus cosas.
Nos quedamos en silencio unos minutos hasta que decidió volver a hablar.
-Mi papá quería tener un hijo, es súper machista, para él tenía que haber un heredero para las empresas- Empieza a hablar y yo me dedico a escucharla -Jamas me dedico tiempo, nunca escuché una palabra cariñosa, nunca nada, para el no soy nadie, solamente me habla cuando me dice que lo ayude cuando tengo tiempo libre. Yo voy a Estados Unidos y ellos ni siquiera me prestan atención cuando voy-
Sus ojitos se vuelven a llenar de lágrimas y yo le agarro la mano.
-¿Y tu mamá?-
-Mi mamá es la persona más asquerosa y narcisista que existe en este mundo- Dice con asco -¿Viste esas madres que parece que hacen competencia con sus hijos? ¿Esas madres que te llenan de complejos?- Yo asiento y ella ríe -Esa es mí mamá -
-¿Que te hizo?-
-Que no me hizo- Responde negando -Nunca me amo, me mandó a concursos de belleza, campañas y publicidades desde muy chica. Nunca tuve una infancia normal. Jamás pude salir a jugar con amigos, ni siquiera los tuve. No me dejaba traer gente a casa, porque según ella una cosa no era jardin-
Me quedo mirándola sin entender cómo puede ser que alguien sea así.
-Solo me podía juntar con la gente que ella elegía, solo los hijos de gente de plata. A medida que fui creciendo empezó a meterse con mí físico, me pesaba todos los días y si llegaba a subir unos gramos me hacía hacer dieta líquida-
-¿Que?- Pregunto indignado.
-Tenia 11 años cuando empezo- Vuelve a caer una lágrima por su cara y yo siento que me rompo por dentro -¿No te pareció raro que con 19 años ya esté toda echa?-
-No, a mí me pareces tan hermosa-
Ella sonríe con ternura y suspira -A los 17 ya estaba toda operada, tengo tetas echas, lipoescultura y labios inyectados. Todo por culpa de ella y de toda la inseguridad que me causo. Por eso desde tan chica que empecé a cojer con cualquiera. Porque me halagaban tanto que me sentía completa. Te puedo asegurar que tengo autoestima gracias a los pajeros con los que estuve-
Ahora yo me sentía uno de esos pajeros.
Siempre fijandome en su apariencia y no me di cuenta de lo tan rota que ella está por dentro.
-Me tuve que venir a vivir acá porque ya no aguantaba más tanto odio de mis papás. Cada vez que empezaba a sentir algo por alguien yo misma me alejaba porque no creía en el amor por culpa de ellos. Mí mamá siempre se metió en mis decisiones. Intenta seguir haciéndolo, tengo 50 mensajes sin ver desde que salió nuestra noticia, no quiero ni siquiera saber que me dijo por eso también no quería ir a tu partido-
-No lo veas ni digas nada, perdoname por haberme enojado- Hablo y acaricio su cara -Y perdoname por hacerte conocer a mis viejos tan rápido no sabia-
-Hacia mucho tiempo no la pasaba tan bien- Dice sonriendo -Tenes una familia hermosa-
-Me duele en el alma que me cuentes todo eso, pero ahora conmigo tenés una familia también, ¿sabes?-
Ella se queda en silencio mirándome y cuando sus ojos se vuelven a poner llorosos yo la abrazo con fuerza.
-No te merezco - Susurra en mí cuello.
-No digas eso, te mereces todo en esta vida- Acaricio su pelo -Llegue yo y ahora que me dejaste entrar en tu corazón te aseguro que nunca más vas a estar sola-
Me mira llorando y yo la beso despacio.
-Te quiero rubia- Susurro en sus labios.
-Yo también Enzo...-