El tiempo pasaba y Lindsay no llegaba.
Enzo caminaba de un lado hacia otro y su mamá lo veía queriendo reír.
Sabía que era un momento horrible el que estaban pasando pero verlo así por Lindsay le causaba gracia.
Ver a su hijo enamorado de esa manera le hacía acordar a cuando ella y Raúl se enamoraron.
El timbre suena y Enzo mira a su mamá completamente nervioso.
-Ay ma voy a mear abri vos- Grita yendo corriendo al baño.
Marta camina hacia la puerta después de tapar la olla y cuando abre se encuentra frente a la chica que no solo había robado el corazón de su hijo sino también el de ella.
-Tanto tiempo - Dice la rubia abrazándo a la mayor la cual se separó rápidamente de ella al sentir algo.
Sus ojos fueron hacia la panza de Lindsay y pudo ver el gran vientre que ella tenía.
-¿Que?- Pregunta sorprendida viendo como Lindsay se pone completamente roja -No puedo creerlo-
-Yo tampoco- Susurra ella un poco bajo.
Las manos de Marta van hacia el gran vientre y empieza a acariciarlo con cuidado.
-¿De cuanto estás?-
-Seis meses- Admite sonriendo y Marta queda pensativa -De cuando me aleje de Enzo-
-¿Voy a ser abuela?- Pregunta ya sintiendo la emoción recorrer por todo su cuerpo.
Lindsay solo asiente con la cabeza y al segundo siente como Marta la envuelve en sus brazos gritando un poquito por la felicidad que le estaba causando la noticia.
-¿Que pasa?- Pregunta Enzo apareciendo y cuando su mamá se separa de Lindsay, él logra ver se gran vientre.
-Los dejo solos- Avisa Marta aún sonriendo y yendo a la cocina.
Enzo cierra la puerta de la casa quedando afuera y Lindsay ya se encontraba completamente nerviosa.
Enzo no podía sacar la vista de su vientre, no entendía nada.