Narra Enzo.
No podía dejar de ver la foto de Lindsay, me tiene hipnotizado igual o hasta más que siempre.
Mentía si decía que no me encontraba completamente nervioso por verla, parezco un puberto.
El verla hoy a la mañana me mato por completo, me había dolido demasiado verla con Lisandro.
Se que ahora también va a estar con él, pero es otro ambiente, nosé, siento que es distinto.
-¿Ya te vas?- Pregunta Valentina entrando en la habitación.
Yo me miro en el espejo a la vez que asiento y voy directo a echarme mi perfume favorito, el cual también es el perfume favorito de Lindsay.
Recuerdo.
-Gordo, ¿que queres que cocine?- Pregunta Lindsay acercándose a mí.
-Algo tranqui mi vida, no tengo mucha hambre- Ella asiente y antes de que se vaya yo la agarro acercándola a mí.
Sus ojos conectan con los míos y ambos sonreímos.
-¿Que?- Pregunta riendo. Siempre se reía cuando yo la miraba así.
-Me gustas tanto mi amor- Admito haciendo que ella me abrace por lo que la levanto a upa.
Sus manos van hacia alrededor de mi cuello como hacía siempre y esconde su cara en mi cuello. Eso me encantaba de ella.
Siento como deja besos chiquitos y por último uno un poco más largo y sonoro.
-Amo este perfume, es mi favorito- Dice mirándome sonriendo.
-Cada vez que lo huelas te vas a acordar de mi-
-¿Que me vas a dejar?- Pregunta haciendo puchero causandome ternura.
-Mi amor yo me mato antes de perderte-
Ella ríe y empieza a besarme.
Fin del recuerdo.
-ENZO- Grita Valentina sacándome de mis pensamientos.
-Dios, que querés Valentina- Pregunto con molestia y ella apunta hacia mi celular.
-Te están llamando- avisa y veo que Julián me llama.