Narra Lindsay.
A mitad del entrenamiento decidí parar un poco y subir una foto a Instagram.
Bloqueo el celular pero cuando me vibra me fijo y Veo como Enzo y Lisandro me contestan.
A Lisandro le contesto un simple "toda para vosss" como toda una puberta y a Enzo lo dejo en visto.
Ayer cuando volví de la cabaña espere todo el día su mensaje porque habíamos quedado en que tal vez nos veíamos pero nunca llegó.
Tal vez no pudo safar del entrenamiento pero mínimo me podría haber avisado, y yo no iba a ser la que le enviaba mensaje después de que fui yo la última que mando.
Es una regla simple que creo que todos deberían de seguir.
(...)
Salgo del gimnasio a las 11.48 y empiezo a caminar rumbo a mi auto.
Acción que fue interrumpida por una mano en mi cintura.
Me doy vuelta enojada para insultar a la persona que haya echo eso hasta que me topo con esa dentadura bien blanca... Enzo.
-Hola amor- Exclama sonriendo.
Al notar mi semblante serio él borra su sonrisa.
-¿Que queres?- Pregunto en tono cortante.
-Ya se que debes estar enojada pero todo tiene explicación- Se apresura a decir y yo me quedo callada escuchándolo -Me re pelee mal con mi mujer, desde que me levanté y me fui hasta que volví del entrenamiento. Me dijo que era una mierda, bla bla bla, y se fue. Y me dejó con Olivia- Explica.
-Aja, ¿y tanto te costaba mandarme un mensaje o algo?-
-Si, en eso tenes razón- Admite y hace un puchero con sus labios causandome total ternura -Perdoname amor-
-Sos un idiota- Le respondí riendo -¿Cómo sabes dónde entreno?-
-Un mago nunca revela sus secretos- Dice levantando sus hombros.