Narra Lindsay.
Me levanto al sentir besos por toda mí espalda y cuando giro mí cabeza veo a Leandro sonriéndome.
-Buen dia- Susurro sonriendo de igual manera y el se posa encima mío pegándose por completo a mí espalda.
-Buen día hermosa- Susurra de igual manera en mí oído y comenzando a besar mí cuello.
Sin buscarlo mí cadera se levanta un poco sintiendo por completo su pija en mí culo.
-¿Tan temprano?- Pregunto divertida haciendo que ría.
-¿Cómo no levantarme así si estás al lado mío?- Se separa de mí y me agarra de la cintura -Ponete en cuatro- Me ordena.
Hago lo que me pide y de repente siento como empieza a chupar toda mí feminidad.
Un gemido salió de mí boca sin poder controlarlo.
Su lengua recorría toda mí intimidad haciendo que yo arrugue las sábanas con mis puños en un intento de mantener la cordura.
Despertarme así era una de las cosas que más disfrutaba en la vida, y me había olvidado lo bien que se sentía.
Entiendo que no es lo que debería, pero se siente tan bien que en este momento no pienso en más nada que el placer que me está brindando el futbolista mayor.
-Dios no aguanto mas- Escucho que dice y veo como se pone un preservativo.
Posa su pija en mí entrada y sin esperar más nada se adentra en mí interior.
Sus manos en mí cintura ejercían tanta fuerza que seguramente quedaba mercada por mí piel sensible.
Sus embestidas eran tan fuertes y profundas que sentía que me iba a partir en dos.
Tal vez los años de más que tenía, hacían que tenga experiencia.
Pero el sexo que brindaba este hombre era de otro nivel.
Con mis piernas y brazos comiendo a moverme de adelante hacía atrás brindando así mayor placer para ambos.
Él se queda quieto por lo que los movimientos los tenía que hacer yo.
Sus gemidos eran música para mis oídos, amaba cuando los hombres gemian.
Me incentivaba a seguir con mis movimientos.
Siento como me agarra del pelo y me tira con fuerza de él empezando a cojerme nuevamente con brusquedad.
El choque de nuestros cuerpos hacía un ruido magnífico.
Narra Enzo.
-ENZO, PRESTA ATENCIÓN - Grita mí entrenador.
-Perdon- Susurro y el me aparta del resto de mis compañeros.
-¿Que pasa contigo?- Pregunta serio mirándome -Estas en la mejor etapa, estás por ser padre nuevamente. Tienes que enfocarte, pusimos mucha confianza en ti-