❝Existe un gran vacío en aquellos que fingen, aparentan y engañan, que ni sus propias mentiras los pueden llenar❞
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-¿Te encuentras bien?- preguntó Stanley, mientras jalaba una de las sillas de la mesa de la cocina para ayudar a ___ a sentarse. Ella, con el rostro pálido y las manos temblorosas, apenas pudo dejarse caer en la silla. Su cuerpo estaba agotado, no solo por el esfuerzo físico, sino por todo lo que acababa de atravesar.
-¿Bien...?- murmuró entrecortadamente, mirando sus manos, las cuales estaban cubiertas de pequeños rasguños y heridas, marcas de las veces que había golpeado las paredes del sótano en su desesperación-. Creo que es más que obvio que no lo estoy...
Stan la observó con una mueca triste, sintiendo un nudo en su estómago al verla así. Nunca había imaginado encontrarse en una situación como esta, y mucho menos lidiando con la desaparición de su hermano.
Viendo lo mal que estaba, decidió cambiar de tema. Jugó con sus dedos nerviosamente antes de atreverse a preguntar lo que rondaba en su mente.
-Así que... ¿qué eres de Ford?- dijo, intentando sonar casual, aunque su tono mostraba más curiosidad que otra cosa-. Solo... para saber.
___ lo miró con los ojos aún llorosos y con la respiración un tanto entrecortada mientras trataba de controlar las lágrimas que seguían amenazando con salir. Sorbió su nariz antes de responder con apenas un susurro.
-Su... prometida.
Stanley se quedó paralizado por un momento con sorpresa evidente en su rostro. Ford, comprometido... ¿Su hermano, el que había arruinado su primera cita por estar hablando de gráficos y álgebra, había encontrado a alguien con quien comprometerse?
No podía evitar sentirse desconcertado, pero al mismo tiempo, comprendió por qué Ford no se lo había contado. Después de todo, hacía décadas que no se veían, y la última vez que habían estado juntos había sido cuando su padre lo había echado de la casa tras arruinar la oportunidad universitaria de Ford. Sí, después de todo eso, no era realmente una obligación para Ford compartirle ese tipo de información.
-Nunca me dijo que tenía un hermano...- dijo ella, rompiendo el silencio que se habia establecido entre ambos.
Stanley se sobresaltó ligeramente, saliendo de su trance de pensamientos.
-Sí... el imbécil nunca cuenta nada a nadie- respondió con una sonrisa triste, intentando aliviar la tensión con un tono más ligero, aunque su corazón seguía apesadumbrado por todo lo que estaba pasando. Después de todo, se sentía culpable de todo lo que había pasado.
Ambos quedaron en silencio nuevamente, cada uno sumido en sus propios pensamientos. ___ seguía lidiando con la angustia de no saber dónde estaba Ford y de no poder hacer nada para traerlo de vuelta, mientras Stan intentaba encontrar las palabras para consolarla, aunque supiera que no había mucho que pudiera decir para aliviar su dolor.
