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Dipper volvió a golpear la misma lata por tercera vez. Él había salido al pueblo a hacer anotaciones o a resolver algo que se le cruzara en el camino luego de haber tenido una discusión con el tío Stan debido al diario. Según el anciano eran patrañas que una persona inventó para nerds que no tienen vida social. Pero Dipper sabía bien que cada cosa que tenía aquel libro gastado eran reales.
Por algo luchó contra un gnomo gigante.
Entonces, por eso estaba ahí. Si no podía leer el diario en la cabaña, por lo menos lo haría allí. La calle es libre de dueños, cierto? La gente que pasaba por ahí, lo miraban desconcertados. ¿Que hacía un niño de su edad con un libro?
Pero el preadolescente solo ignoraba. Mientras caminaba sin ver la acera, Dipper tropezó con fuerza, sintiendo cómo el diario se le escapaba de las manos mientras él caía al suelo.
Parpadeó, un poco aturdido, mientras levantaba la vista para ver a la persona con la que había chocado. Era una niña, tal vez de su misma edad, con cabello oscuro y una camiseta con un estampado de un triángulo blanco.
Antes de que Dipper pudiera reaccionar, la chica ya estaba levantando el diario del suelo. Debido a que cayó abierto, sus ojos se fijaron en una de las páginas.
Una sonrisa se dibujó en su rostro de la contraria.
—¡Hey! ¿Tú también ves a esas cosas raras que hay en el bosque? —preguntó con entusiasmo, sin poder contener la emoción en su voz.
Dipper se quedó boquiabierto por un momento. No esperaba que alguien más en el pueblo estuviera al tanto de las extrañas criaturas y anomalías que habitaban en Gravity Falls.
Recuperando la compostura, se levantó y tomó el diario que la niña le ofrecía.
—Sí, lo hago —respondió, un poco sorprendido, pero sintiendo un alivio inesperado al no estar solo en esto—. Pensé que mi hermana y yo éramos los únicos que conocíamos estas cosas.
La niña se rió, sacudiendo la cabeza.
—¡Para nada! Yo he visto un montón de cosas raras desde siempre. Pero cada vez que trataba de hablar con alguien, todos pensaban que estaba loca. —Hizo una pausa, observando a Dipper con emoción—. ¡No puedo creer que haya alguien más que se dé cuenta de lo que realmente está pasando aquí!
