𝙂𝙍𝘼𝙑𝙄𝙏𝙔 𝙁𝘼𝙇𝙇𝙎 ๏ภє-รђ๏Շร

Los gustos de Ford [SMUT???]

Ford realmente nunca pensó que tendría un tipo de cuerpo favorito.

Eso fue hasta que llegaste a su vida, claro que pudo haber estrellado accidentalmente tu auto contra el costado de la cabaña del misterio, pero aun así decidiste quedarte en su vida y cuanto más tiempo pasaba contigo más podía apreciar tu cuerpo.

Eras tan hermosa y, aunque tal vez él nunca lo admitiera en voz alta, no podía evitar sentir cariño por cierta parte de ti. Una parte que sabía que Stan se burlaría de él por eso.

Sus dedos se deslizaron por tu espalda mientras hacía todo lo posible para apartar la mirada de tu trasero, se sintió como un depravado por mirarte fijamente.

—Esos pantalones cortos te quedan bien—. Ford se rascó la mejilla y te dio una débil sonrisa mientras la piel de su rostro ardía de la vergüenza.

Echaste un vistazo por encima del hombro y te reíste guiñándole un ojo.

—¿En serio? Creo que hacen que mi trasero se vea grande.

Sacudiendo la cabeza, Ford saltó de la cama mientras sus brazos rodeaban tus caderas y te colocaban sobre su regazo.

—Resulta que me gusta tu... trasero.

Moviéndote sobre el regazo del hombre, sentiste como hundía sus dedos en tus caderas, haciendo todo lo posible por no gemir tu nombre.

—Nunca pensé que fueras tan directo, Ford—. Bromeaste mientras dejabas que tus dedos se deslizaran por su mejilla, frotándote contra él nuevamente.

—H-haces esto a propósito—. Sus dedos apretaron tu parte trasera.

Tarareando, te reclinaste en su abrazo mientras sentías su aliento en tu cuello.

—Tal vez, ¿qué vas a hacer al respecto, Stanford?

—No... no sé... es difícil pensar contigo frotándote contra mí—. Él presionó su rostro en tu cuello.

Apretando los dientes, Ford hizo lo posible por pensar. ¿Qué iba a hacer ahora? Tenía que hacer algo, de lo contrario, no iba a durar mucho más, especialmente con la forma en que te movías en su regazo.

Mientras su determinación se debilitaba lentamente, Ford sacudió la cabeza mientras agarraba tus caderas con fuerza y te empujaba hacia la cama, dejándola boca arriba.

—Aunque me encantan estos pantalones cortos, creo que lucirían mucho mejor en el suelo...

—Oh.