Contexto: Ellos y tu tienen que cuidar a un bebé de una amiga cercana tuya mientras no está.
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Dipper Pines 🌲:
• Se puso nervioso al instante. Desde que tu amiga dejó al bebé en sus brazos, no había hecho más que mirarte con ojos de pánico.
—E-esto... ¿qué se supone que debo hacer con él?— preguntó en un susurro, mientras el bebé lo miraba fijamente, haciendo ruiditos.
Te reíste ante la expresión de Dipper, pero lo tranquilizaste, explicándole que solo tenía que sostenerlo con cuidado y hablarle con dulzura.
Dipper, con una sonrisa nerviosa, comenzó a mover al bebé suavemente de un lado a otro, intentando calmarlo cada vez que hacía algún sonido extraño.
—Eh... ¿te gustan los paseos?— le preguntó, sin saber qué más decir—. Porque si te gustan, te podemos llevarte a pasear por el pueblo...y...aamm...¿Contarte sobre las cosas que hacemos?
El bebé lo miró con total indiferencia, pero al menos no lloraba.
Mabel Pines 🌟:
Mabel estaba en su zona. El bebé parecía adorarla desde el primer momento.
—¡Míralo, es tan pequeñito!— exclamó Mabel mientras jugaba con sus dedos frente al bebé, que soltaba pequeñas risitas—. ¡Es como una persona pequeñita!
—Es una persona pequeña, Mabel...—. dijiste, con una sonrisa, mirándola con ternura.
Mabel no te hizo caso y empezó a hacerle caras graciosas y ruidos extraños al bebé para entretenerlo. El bebé no dejaba de reírse.
—Mira, ¡Está babeando!— decía Mabel mientras seguía jugando con el pequeño.
—Uh, creo que tengo que limpiarlo.
Stanford Pines 📚:
• Ford estaba... intrigado. No estaba seguro de cómo se suponía que debía interactuar con un bebé.
—Eh... supongo que debo... hablarle, ¿cierto?— preguntó, mirando al bebé que te habían dejado para cuidar.
Intentó hablarle sobre los misterios del universo y teorías complejas, pero el bebé solo lo miraba con ojos muy abiertos, sin comprender ni una palabra de lo que decía.
— Lindo, creo que el bebé no te entiende —. Comentaste con una sonrisa divertida, acercándote hacia Ford, el cual rió ligeramente.
—Si, lo sé, verdad? No he convivido con pequeños por bastante tiempo...y...nunca he convivido, eso creo—. Respondió, meciendo suavemente al bebé en sus brazos. —Pero...¿Sabes? Es fascinante cómo los bebés no desarrollan completamente su capacidad cognitiva hasta mucho después del nacimiento de igual forma— comentaba Ford, mientras el bebé lo observaba, completamente ajeno a su charla—. Los mantiene de alguna forma tiernos e inocentemente adorables.
Luego de eso, decidió contarle algunas historias ( las cuales estaban ligeramente disfrazadas, pues él relataba las cosas que pasó cuando estaba saltando entre dimensiones), pensando que tal vez la voz calmada lo relajaría. Y sorprendentemente, el bebé se quedó dormido, lo que hizo que Ford se sintiera bastante orgulloso de sí mismo.
Stanley Pines 💼:
• Stan estaba completamente perdido al principio, pero lo disimulaba sin querer que tú lo dejes en ridículo, ya que obvio, tenias experiencia.
—Bah, cuidar un bebé no puede ser tan difícil, ¿verdad?— dijo, sosteniéndolo con una mano mientras te miraba confiado.
—Aja, como digas—. Respondiste, apoyada en el mostrador con los brazos cruzados.
El bebé, sin embargo, empezó a moverse inquieto en sus brazos, hasta que finalmente comenzó a llorar. Stan, completamente desprevenido, comenzó a balancearlo de un lado a otro mientras hacía sonidos raros, intentando calmarlo.
—¡Está bien, está bien, no llores!— decía nervioso—. Demonios, si es complicado esto...¡Estoy ya muy viejo para cuidar de bebés!
Finalmente, después de varios intentos fallidos, logró calmar al bebé al hacerlo rebotar suavemente en sus brazos. Aunque no lo admitiría, se sintió aliviado cuando el pequeño dejó de llorar.
Wendy Corduroy 🪓:
Wendy era completamente relajada. Se le daba bien cuidar niños pequeños porque ya lo había hecho antes con sus hermanos.
—Ey, pequeño— le dijo al bebé mientras lo sostenía sin esfuerzo—. ¿Listo para pasar el mejor rato de tu vida?
Empezó a mecerlo suavemente, hablando en tono calmado. Al poco rato, el bebé ya se sentía completamente a gusto, tanto que incluso se quedó dormido en sus brazos.
—Ves, no es tan difícil— te guiñó un ojo, mientras acariciaba suavemente la cabecita del bebé.
—Cásate conmigo, te ruego.
Soos Ramirez 🛠️:
Soos estaba emocionado, pero también algo desorientado.
—¡Wow, mira qué pequeñito es!— exclamó con una enorme sonrisa mientras sostenía al bebé con un cuidado excesivo, como si fuera de cristal.
El bebé parecía disfrutar de la presencia de Soos, y empezó a balbucear mientras él hacía ruidos graciosos y movía los brazos como si estuviera en un espectáculo de marionetas.
—¡Mira, bebé, es el increíble Soos, el hombre de las herramientas!— bromeó, haciendo una especie de pequeño show para el bebé, que no dejaba de reírse ante sus gestos exagerados.
Al final, Soos se convirtió en el mejor cuidador del bebé, y aunque no dejaba de moverse, logró mantenerlo entretenido durante toda la tarde.
