Me and The Devil | Bill Cipher

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Au: El Raromageddon logró triunfar.

Tu mano recorrió la estantería llena de libros extraños y algo polvorientos, trazando líneas limpias con las yemas de tus dedos. Luego frotaste estos, dejando caer el polvo al suelo alfombrado.

—Estos eran de ese tal, Sixer. ¿Cierto?—. Preguntaste, mirando al demonio de un solo ojo con cierta curiosidad.

El antes nombrado, que se encontraba en una de sus sillas aterciopeladas tomando una taza de té cósmico, te miró con una expresión algo fastidiada, pero no contigo. Si no, por la mención de su antes compañero.

—Oh ya deja de nombrar su nombre. Y respondiendo a tu pregunta, si. Bueno...no, son míos en realidad. Aunque, ya lo sabes, no me sirven ahora—. Respondió, para luego hacer desaparecer la tetera y la taza de un chasquido—. Digo, ¿Para que lo querría? Tengo el conocimiento de todo el universo y la existencia en la palma de mi mano.

Tu revoleaste los ojos, divertida con su respuesta. Era típico de él que hiciera esas afirmaciones, más aún estando contigo.

Hace ya unas semanas, el pueblo se había puesto patas arriba al presenciar la "belleza" del Armagedón que Bill Cipher había creado. El portal hacia el caos había sido abierto gracias a un plan maestro de que el demonio triangular había idealizado con ayuda de una fiel seguidora.
Todo había salido a la perfección y a lo acordado. Ya no leyes, adiós tiempo, muerte a las barreras y hola a la anarquía total y a la simpleza de lo raro.

Desde entonces, el caos había reinado, y tú, su fiel aliada, te habías ganado un lugar privilegiado a su lado, disfrutando de las ventajas de estar en los buenos términos del nuevo amo del mundo.

Lo observabaste mientras él flotaba frente a ti, con su único ojo brillante como un faro de poder absoluto.

—¿Y ahora qué?— preguntaste, deteniéndote frente al gran ventanal que daba a lo que antes era Gravity Falls. La vista era una mezcla de casas destrozadas, criaturas deformes que caminaban libremente, y el cielo, que ya no era azul, sino una mezcla enfermiza de colores que retorcían el estómago de cualquiera que los mirara demasiado tiempo—. ¿Qué hacemos ahora que ya tienes lo que querías?

Bill rió, esa risa aguda que siempre te ponía los pelos de punta pero que, de alguna forma, te atraía.

—¡JA! ¿Qué vamos a hacer? ¡Todo lo que queramos!— respondió, elevándose en el aire con una pirueta—. Este mundo es mío, querida. No hay reglas, no hay límites. ¡La fiesta apenas está comenzando!

Lo miraste con una ceja levantada, esbozando una pequeña sonrisa.

—¿Y qué pasa conmigo?— preguntaste, cruzando los brazos—. Hice mi parte. ¿Cuál es mi lugar en este... nuevo orden?

Bill se detuvo, descendiendo lentamente hasta quedar a tu altura, haciendo que su ojo dorado te analice detenidamente.

—Oh, claro que no me olvido de ti, querida— dijo suavemente, aunque su tono siempre tenía un matiz perturbador—. Hiciste exactamente lo que te pedí, y por eso, te ganarás un lugar especial en mi nuevo reinado.

Te acercaste a él, buscando más detalles. Aunque te gustaba el poder que ahora tenías, había algo en la manera en la que Bill lo decía que te hacía sentir que tal vez había más en su plan de lo que habías imaginado.

—¿Un lugar especial, eh?— insinuaste, buscando una respuesta más concreta.

El demonio triangular flotó aún más cerca, casi invadiendo tu espacio personal, algo que no te incomodaba como debería. A estas alturas, su presencia ya era una parte casi familiar de tu vida. La relación entre ambos había evolucionado de una simple alianza de conveniencia a algo mucho más profundo y complejo. Aunque Bill era el mismísimo caos encarnado, había una conexión entre ambos que era innegable.

—Oh, sí. Muy especial— repitió, su voz descendiendo a un susurro, cargada de intenciones—. Digamos que no todos los días alguien logra ganarse la confianza de un ser que ha visto el nacimiento de universos enteros.

Lo observaste detenidamente, reconociendo ese tono de voz. No había mentiras en sus palabras, lo sabías porque podías leerlo con una claridad que incluso lo desconcertaba. Bill era maestro del engaño, de los juegos mentales, pero contigo... contigo era diferente.

Desde que su relación había comenzado a volverse más personal, habías notado que incluso él tenía límites cuando se trataba de ti. No podía mentirte, no de la misma forma que lo hacía con todos los demás.

—Es interesante oírte hablar así— comentaste con una leve sonrisa, cruzando los brazos mientras lo mirabas con diversión—. Aunque sé que, si lo intentaras, sabría cuando me estás mintiendo.

Bill giró lentamente alrededor de ti, flotando como una sombra omnipresente. Su ojo te estudiaba, como si analizara cada reacción, cada emoción que podías sentir.

—Claro que lo sabrías— admitió, sin perder su tono arrogante—. Eso es lo que hace esto tan... fascinante, ¿no lo crees?—. Su voz era suave, casi como una caricia en el aire—. La mayoría de las personas ni siquiera pueden acercarse a comprender lo que soy, pero tú... bueno, tú eres diferente. Y ese es uno de los muchos motivos por los que tú eres especial.

Podías sentir el peso de su declaración, la verdad en ella. A pesar de su naturaleza caótica, Bill encontraba en ti algo que no hallaba en nadie más. Había una especie de equilibrio extraño entre su caos y tu habilidad para mantenerte firme.

—Ya se que te pregunté esto antes, pero enserio la duda me está inquietando...— dijiste, sosteniendo su mirada—, ¿qué sigue ahora, Bill? Tienes el control de todo, los universos a tus pies, el mundo es tuyo... ¿Qué más podrías querer?

Su forma comenzó a girar lentamente a tu alrededor mientras hablaba.

—Mmmm...¿Qué más quiero?— repitió, pensativo—. He visto mundos nacer y morir, galaxias colapsar y reconstruirse. Pero... —hizo una pausa, flotando frente a ti otra vez—. Digamos que hay cosas mucho más interesantes que destruir universos.

De la nada, su forma cambio a una humanoide, obvio, sin dejar de tener esas características de él. Con una sonrisa, tomó tu mano y la besó.

—Y ahora mismo, lo único que me interesa... es mantenerte a mi lado.

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Ok...¿Esto debería gustarme?
Por qué lo está haciendo...
AHHHHH 😭😻

𝙂𝙍𝘼𝙑𝙄𝙏𝙔 𝙁𝘼𝙇𝙇𝙎 ๏ภє-รђ๏ՇรDonde viven las historias. Descúbrelo ahora