𝙂𝙍𝘼𝙑𝙄𝙏𝙔 𝙁𝘼𝙇𝙇𝙎 ๏ภє-รђ๏Շร

El dibujo | Stanford Pines (Part. 2)

—¡Wow!— exclamó ___, alzando los brazos con emoción al ver de lejos la gigantesca rueda de la fortuna, con luces de colores brillantes parpadeando en el horizonte.

Stanley, pasó su brazo por los hombros de ___ y ambos comenzaron a saltar emocionados, riendo y señalando cada cosa que querían hacer en la feria.

Stanford, por su parte, caminaba unos pasos detrás, sonriendo ligeramente al ver la energía de su hermano y de ___. La risa de ambos le parecía contagiosa, y aunque él solía ser más reservado, no pudo evitar sentir una pequeña burbuja de felicidad estallando en su pecho.

Pero entonces, ___ se dio cuenta de que Ford estaba quedándose atrás. De inmediato, se soltó de Stanley y corrió hacia él. Sin pensarlo mucho, hizo lo mismo que había hecho con Stan, pasando un brazo por encima del hombro de Ford, abrazándolo amistosamente mientras caminaban hacia la feria.

—¡Vamos, Ford! ¡No puedes quedarte atrás!— dijo con una sonrisa radiante, mientras lo miraba con sus ojos brillantes.

Ford se quedó completamente rígido al sentir el contacto de ___ tan cerca. Su corazón comenzó a latir más rápido, y un leve rubor cubrió sus mejillas. No estaba acostumbrado a ese tipo de contacto físico, y mucho menos de parte de ella.

—Ah... uh... sí, claro— tartamudeó, mirando rápidamente hacia otro lado, demasiado nervioso para mantener el contacto visual. Pero a pesar de su incomodidad, una pequeña sonrisa apareció en su rostro. Sabía que a su manera, estaba disfrutando del momento.

Stanley los miró de reojo, levantando una ceja y sonriendo con picardía.

—¡Ey, no lo hagas desmayar, ____, ya sabes que seis dedos se pone nervioso fácil!— bromeó, aunque en su voz había algo de verdad.

___ soltó una risa, y aunque notó lo sonrojado que estaba Ford, no soltó su abrazo.

—Nah, Ford está bien, ¿verdad? —dijo, dándole un suave apretón para tranquilizarlo.

Stanford, aún nervioso, solo asintió.

—S-Sí, estoy bien...— respondió, aunque el rubor en su rostro decía lo contrario.

Finalmente, llegaron a la entrada de la feria. La música alegre llenaba el aire y el olor a algodón de azúcar y palomitas de maíz envolvía el ambiente. ___ soltó a Ford, pero antes de hacerlo, le dio un suave empujón amistoso, sonriendo con calidez.

—¡Vamos a divertirnos!— exclamó, corriendo hacia los juegos, mientras Stanley la seguía de cerca, gritando emocionado.

Ford, aunque aún sentía su corazón latiendo rápido, los siguió con una sonrisa tímida. No podía evitarlo. Con ella todo iba a ser increíble.

Al entrar a la feria, ___ quedó completamente maravillada por el bullicio de la música, las luces de colores que iluminaban el cielo, y el ambiente de pura diversión que la rodeaba.

Sin pensarlo mucho, emocionada, tomó la mano de Ford y lo arrastró con entusiasmo hacia los puestos de juegos, sin darse cuenta del rubor que crecía en las mejillas del joven de seis dedos.

Stanley, que los seguía de cerca, no podía contener su risa. Sabía perfectamente lo nervioso que Ford se ponía cada vez que ___ lo tocaba, especialmente ahora que ella le había agarrado la mano con tanta naturalidad. Él lo sabía desde hacía un tiempo: su hermano tenía sentimientos por ___, aunque Ford intentara ocultarlo. La evidencia estaba en la libreta de Ford, llena de dibujos de ___, que él había visto mientras estaban en la playa.

Claro, ___ no tenía idea de esto, pero Stan lo encontraba divertidísimo.

—¡Vamos, Ford, tenemos que ganar algunos premios!— exclamó ___ mientras tiraba de su mano, llevándolo hacia uno de los puestos de tiro al blanco.