𝙂𝙍𝘼𝙑𝙄𝙏𝙔 𝙁𝘼𝙇𝙇𝙎 ๏ภє-รђ๏Շร

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"Pues...tus lunares son lo más cercano que he estado de las estrellas"

- Dipper Pines🌲

(Edad de ambos: 19-21)

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Era una de esas noches tranquilas en Gravity Falls, con el aire fresco de verano acariciando sus rostros mientras ambos descansaban en la azotea de la Cabaña del Misterio.

Las estrellas estaban especialmente brillantes esa noche, y el cielo se extendía ante ustedes como un manto interminable de luz.

Ambos habían crecido mucho desde sus primeros veranos en el extraño pueblo, pero aún seguían disfrutando de esos momentos de calma, lejos de todo lo que complicaba sus vidas en el mundo exterior.

Dipper, ahora con 19 años, estaba acostado a tu lado, ambos estando envueltos en mantas mientras miraban hacia las estrellas. La noche era tan tranquila que hasta podían escuchar el suave susurro de los árboles a lo lejos.

—¿Recuerdas cuando intentábamos revelar cada cosa del diario?— comentaste, rompiendo el silencio con una sonrisa nostálgica.

Dipper sonrió, mirando el cielo.

—Oh, claro. Parecía que el tiempo nunca era suficiente... Y, bueno, las noches eran igual de largas, pero de alguna manera más... inquietantes— dijo, dándole un tono juguetón a sus palabras.

Ambos rieron suavemente, disfrutando del recuerdo de los días donde el caos sobrenatural era parte de la rutina diaria.

—¿Sabes?— murmuró Dipper de repente, con un tono más suave—. Creo que siempre me ha fascinado cómo las estrellas pueden hacer que todo parezca... más pequeño. Como si, al verlas, los problemas que tienes en la Tierra no fueran tan importantes.

Levantaste una ceja, notando que su mirada no estaba completamente en el cielo, sino que de alguna manera había pasado de las estrellas... a ti.

—¿Qué pasa?— preguntaste, sintiendo un leve rubor en tus mejillas al notar su mirada fija.

Dipper sonrió de una manera que solo alguien que ha pasado por mil y una aventuras podría hacerlo, y su voz salió casi en un susurro cuando dijo:

— Nada solo que..."pues... tus lunares son lo más cercano que he estado de las estrellas."

Tu corazón dio un vuelco.

El comentario, simple y honesto, te tomó por sorpresa. Te diste cuenta de que el chico que conociste a los 12 años ahora era alguien más maduro, pero aún mantenía ese toque de inocencia y asombro en su manera de ver el mundo... y en la forma en que te veía a ti.

Sin poder evitarlo, sentiste que el rubor en tus mejillas se intensificaba. Dipper, notando tu reacción, rió suavemente.

—¿Te ruboricé?— preguntó con una sonrisa traviesa.

—Bueno, sí... No todos los días alguien te compara con las estrellas— respondiste, apartando la vista, pero sintiendo su mirada aún sobre ti.

Dipper suspiró, pero esta vez su mano buscó la tuya bajo las mantas. El contacto fue suave y hermoso. Oh, ya no era aquel chico que le daba pánico hablarte siquiera. Luego, se acomodó para que su cuerpo quede suspendido, colocando su codo en el suelo.

—Siempre me he fascinado por las estrellas— dijo con más calma—. Pero... últimamente, parece que hay algo aquí, mucho más cerca, que me tiene igual de cautivado.

Giraste tu rostro hacia él, encontrando sus ojos brillando con la misma intensidad que las estrellas allá arriba.

Te quedaste mirándolo, sintiendo cómo una sonrisa tímida se formaba en tus labios.

—¿Y qué es esa cosa que te tiene más fascinado que las estrellas?— preguntaste, tratando de mantener el tono ligero, aunque sabías la respuesta.

Él te observó con esa intensidad que siempre había tenido cuando se centraba en un misterio o algo que le importaba de verdad.

—Ese algo eres tú— dijo suavemente—. Brillas más que las estrellas, incluso más que toda la galaxia.

El rubor en tus mejillas se intensificó de inmediato, y soltaste una pequeña risa nerviosa.

—Vamos, Dipp... Estás exagerando— intentaste restarle importancia, sacudiendo la cabeza.

Pero antes de que pudieras decir algo más, Dipper se inclinó hacia ti y en un gesto rápido, te dio un beso corto, dulce y suave en los labios.
Al separarse, te sonrió y notaste aquel brillo nuevamente.

—No estoy exagerando— susurró, aún con esa calidez en su mirada.

Te quedaste quieta, con el corazón latiendo rápido en tu pecho, sin poder decir nada por un momento. Finalmente, una pequeña sonrisa apareció en tu rostro, mientras el rubor en tus mejillas hablaba por ti.

—Pensé que nunca tomarías la iniciativa— bromeaste, arrugando la nariz mientras le sonreías.

Dipper soltó una risa suave, con las mejillas ligeramente rosadas.

—Créeme, me costó— confesó—. Estoy aterrado... aunque no lo parezca.

Ambos rieron juntos, disfrutando de la ligereza del momento. Luego, Dipper se volvió a recostar a tu lado, rodeándote con su brazo mientras tú apoyabas tu cabeza en su pecho.

Observaste las estrellas brillando en el cielo por un momento, sintiendo una calma que no habías sentido en mucho tiempo.

—Te quiero— murmuraste suavemente, sintiendo la verdad en cada palabra.

Dipper sonrió, bajando la mirada hacia ti y apretando un poco más el abrazo.

—Yo también te quiero— respondió, besando suavemente tu frente mientras ambos seguían viendo el cielo.