C 18: Una balada de mentiras

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Capítulo 18: Una balada de mentiras

Las mentiras son un arma peligrosa, son capaces de destruir familias, amistades, negocios y hasta sociedades.
—Anónimo

Maratón 3/3

•Daphne

Axel se fue temprano a la universidad y a mi me dejó en el infierno que tengo como colegio, pero para mi buena suerte, solo me queda este año.

Alegre estoy porque faltan cinco minutos para el receso, tengo hambre y la clase de biología me aburre.

Busco mi teléfono en mi bolso, sin que el maestro me vea; abro la app de mensajes y le mando uno a Axel.

Daphne: ¿Que haces?

Responde de inmediato.

Axelsito: De camino a clases. ¿Tú no deberías estar igual?

Miro hacia la pizarra y me aseguro de que él señor Larson esté volteado.

Daphne: Estoy en clases, pero estoy tan aburrida.

Axelsito: Jajaja, me lo imaginaba. ¿Clases de biología?

Si que me conoce

Daphne: Si que me conoces eh, te mereces un premio por eso...

Axelsito: ¿Ah si? ¿Que me darás esta vez?

Con esta vez se refiere a la mañana... puede que haya adivinado cierta cosa sobre mí y yo le haya dado un premio.

Axelsito: ¿Un beso como el de la mañana?

Daphne: Si tanto te provoca, puede que si.

Estoy a punto de mandarle otro mensaje, pero recibo un codazo por parte de Elionor que se encuentra a mi lado.

—Presta atención chica—me riñe—si el maestro descubre que estas usando el teléfono, te lo va a quitar.

—Es cierto.

Antes de apagar el teléfono, en la pantalla aparece un mensaje de Axel, pero decido leerlo luego.

Por favor Dios, solo son tres minutos.

Los tres minutos que parecían interminables por fin acabaron, así que Elionor y yo nos dirigimos al comedor para poder almorzar tranquilas.

—Oye, ¿has sabido algo de Alina?—pregunta mientras avanzamos al comedor—Desde el funeral de su madre no la veo y su padre tampoco se ha vuelto a comunicar conmigo.

—Pues lo mismo pasa conmigo, es como si se la hubiese tragado la tierra.

—Quisiera saber qué pasó con ella, si su padre la llevó a terapia o no, porque tampoco ha asistido al colegio.

—Lo sé, lo sé—nos sentamos en la primera mesa vacía que vemos—también me preocupa este tema.

—¿Que vas a comer?—me pregunta—voy a comprar algo, si quieres te puedo traer algo.

Amándote a Escondidas © | En edición Donde viven las historias. Descúbrelo ahora