Capítulo 30: Volverte a ver
Quizás la mente no recuerde, pero el corazón si lo hace
—Anónimo.•Axel
Daphne se me queda viendo a los ojos sin decir una palabra. Mis manos aún están en su cintura y nuestros rostros están peligrosamente cerca.
Contrólate. Estás a punto de casarte.
Cuando se fue sentí que mi mundo se derrumbaba y al parecer sucedió.
Las peleas de mis padres se volvieron tan constantes hasta el punto de que mi madre golpeó a papá, Olivia no dejó de joder con la boda y no se que más y lo peor de todo, extrañaba a Daphne como nunca extrañé a nadie.
Recuerdo cuando en las noches que no podía dormir bien e iba a casa de Sophia y le pedía dormir en su casa. Siempre me ofrecía prepararme una habitación, pero yo prefería dormir en la de Daphne.
Durmiendo en su habitación me sentía cerca de ella, el aroma de su perfume en su cama y más aún en la almohada. Una vez no pude más con el dolor y terminé soltando lágrimas acumuladas encima de su almohada.
—Y... ¿Que hacías por aquí?—le pregunto.
Ella no responde, solo se queda mirando mis ojos. Se cuanto le gustaban y dudo que haya cambiado.
—Mmm.... Estaba en el baño—responde.
—Ah...
Ella se aleja de mi. Mis manos caen a cada lado de mi cuerpo, siento un vacío ahora que se alejó, es algo que no puedo explicar.
—Perdón
Frunzo el ceño sin entender por qué se disculpa.
—¿Por qué?
—Porque chocamos, venía distraída con mis pensamientos.
—¿Y que pensabas?—me aventuro a preguntar, esperando una linda respuesta, pero fue todo lo contrario.
—En que tienes una perra por esposa.
Pasa por mi lado y se aleja por el pasillo.
—¡Aún no nos casamos!—le grito.
Veo cómo dobla la esquina y vuelve a salir a la terraza.
Ay, como fueran las cosas de diferentes si hubiera luchado un poco más por ti.
—¿Por qué te empeñas tanto en seguir detrás de ella?—la voz de Olivia detrás de mi, me sobresalta.
—Porque la amo y porque me da la gana—espeto con el humor cambiado.
Ella no dice nada y es suficiente para que me vaya por el mismo camino que Daphne.
Cuando salgo a la terraza saludo a mi familia con abrazos y besos.
—¿Donde está tu esposa?—musita Liam a mi lado.
Ambos hemos avanzado al altar improvisado. Hace unas semanas le había pedido que fuera mi padrino de bodas y aceptó sin rechistar.
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Amándote a Escondidas © | En edición
RomanceDos adolescentes. Una supuesta rivalidad. Un amor a escondidas. Una chica amorosa y amante a la lectura. Un chico con el ego por el cielo y amante al deporte. Dos mundos completamente distintos. Dos familias, un secreto, una ¿infidelidad? •Daphne y...