Amándote a Escondidas © | En edición

Extra: Noche buena en familia y un regalo inesperado

•Axel

-¿Qué más compro?-hablo al teléfono con mi adorada suegra.

-Hace falta Salsa para la lasaña y necesitamos más vegetales.

-Vale. Si necesitan algo más, me llaman.

Cuelgo el teléfono y me giro a ver mi acompañante.

-Camina alcahueta.

-Deja de llamarme así, pendejo-Liam me da un golpe en la cabeza.

-Ve busca los vegetales, yo busco la salsa.

Camino rápido hacia el pasillo de las salsas, antes de que Liam se queje. La tomo y me dirijo hacia las abarrotadas cajas para pagar.

-Esto se ve de la mierda-Liam llega hasta mi con una funda llena de vegetales.

-Haz algo entonces, no te quejes tanto.

-Si insistes-se encoge de hombros-Ven y observa.

Él arrastra el carro hasta ponerse al lado de una mujer pelinegra. Se acerca a su oído y le susurra algo, la mujer sonríe y le pasa una tarjeta.

-Gracias preciosa-el le guiña un ojo.

La mujer se hace a un lado y nos deja ponernos delante. De inmediato las protestas de los demás se hace presente.

-Mierda Liam, nos estás metiendo problemas.

-Cálmate Axel, todo estará bien.

Pagamos todo y luego nos dirigimos al parqueo para guardar las bolsas.

-Te dije que todo iba a estar bien.

-Si pero mira que darle esperanzas a alguien a quien no llamaras, no está bien.

-Deja de recriminarme y mueve tu culo.

Nos montamos en el coche y arranco hacia la casa de Sophia.

-Por fin llegaron-Daphne se acerca a mi y me da un beso.

-Te extrañé princesa.

Liam resopla.

-Que ridículo, solo duramos una hora fuera.

-Para mi eso es mucho.

Liam y yo ayudamos todo lo que podemos en la cocina y poniendo la mesa. Nuestros padres también ayudan lo más que pueden y cuando todo está terminado, nos retiramos a cambiarnos de ropa.

Me pongo una camisa roja y un pantalón de tela negro. Un reloj en mi mano derecha. Daphne entra en la habitación, con un vestido negro envolviendo su hermoso cuerpo y tacones de igual color.

-Pero por Dios, que hermosa esposa tengo-la tomo por la cintura.

Beso sus delicados labios y ella me corresponde con el amor que se que me tiene.

-Gracias romanticón.

-¡Bajen ya tórtolos!

Bajamos las escaleras con nuestras hijas. Daphne con Emilia en brazos y yo tomado de la mano con Dahlia.

-Que lindos se ven vestidos iguales.

Oh si. Los cuatro tenemos los mismos colores. Al igual que mis padres y los de Daphne. Los único y detergentes, son Liam y Lorena, que cada uno va vestido como quiere.

Nos sentamos en la mesa y comenzamos a comer.

-Todo está delicioso-dice mi esposa.

-Sabía que iba a gustarles todo.

La cena se da de manera amena. Conversamos, reímos, tomamos vino, champán y refresco. Comemos postre, mi favorito mejor dicho y luego nos sentamos en la sala.

-Quiero proponer un brindis-habla Liam, sorprendiéndonos a todos.

-Adelante hijo.

-Quiero brindar por nuestra linda familia: por mis padres, por mi hermanita y su esposo, y por los padres de Axel que son como mis segundos papás.

Todos sonreímos y levantamos la copa.

-Y obvio por lo más bello que hay en esta sala...

Dirijo mi mirada hacia la novia de Liam y un destello de esperanza cruza por su rostro.

-Yo-todos estallamos en risas, menos Lorena.

A las 11:50 salimos a la calle, al igual que todos los vecinos. Siempre ha sido tradición de este vecindario, salir antes de que llegue la navidad.

Cuando dan las 12, todos desde las puertas de nuestras casas, gritamos:

-¡Feliz navidad!

Me acerco al oído de mi esposa y le susurro.

-Feliz navidad, princesa.

-Feliz navidad, mi amor.

Nos damos un abrazo, muy largo como para estar afuera con el frío que hace.

-Deseo pasar cada navidad contigo y con nuestras hijas. Te amo.

-Yo te amo más, princesa.

¥¥¥

Aún no son las 12 en mi país, pero aún así:

FELIZ NAVIDAD 🎄

Les deseo todo lo mejor y que sus hogares estén llenos de alegría. Nos vemos en año nuevo.

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