Capítulo 22: La tranquilidad no dura para siempre.
Lo que más anhela el ser humano, es la paz y tranquilidad, lastima que ninguna dure para siempre.
—Anónimo.•Axel
Las peleas constantes de mis padres me tienen cansado, es tanto así que estoy durmiendo más en casa de Daphne que en la mía.
En su closet ya hay un espacio donde hay ropa mía, ella desalojó cajones y me los cedió a mi para poner mi ropa interior.
Claro, la que iba lavando aquí en su casa.
Pero aún quedándome con Daphne, con la chica que quiero, las cosas en mi mente no están bien ordenadas. A veces siento una impotencia de la nada y no sé a qué se deba eso.
—¿Ya te vas a la uni?—pregunta Sophia.
—Si, ya dejé a Daphne en el colegio y solo me devolví a buscar mi bolso.
Ella se sienta en uno de los muebles de la sala y palmea el sitio a su lado.
—Axel, yo se que no te encuentras bien, ¿Hay algo en lo que te pueda ayuda? Tú sabes que yo siempre estaré para ti, al igual que mis hijos.
—Si, Sophi, lo sé—la tranquilizo—pero es que de verdad, nadie puede ayudarme.
—¿Ni siquiera hablar te ayuda?—niego—¿Haz intentado hablar con Daphne sobre lo que sientes?—vuelvo a negar—Pero bueno muchachito; solo me preocupo por ti, de verdad.
Si esta mujer supiera cuánto cariño le tengo.
—Si lo sé, pero es que no le veo el sentido a qué hablemos sobre eso.
—¿Que es eso que no te deja estar tranquilo Axel?—insiste—habla conmigo.
No sé si decirle, no quisiera que Daphne se entere por alguien más que lo sea por mi.
—Si te preocupa que Daphne se entere, no se va a enterar, si se entera será por ti, no por mi.
Inhalo antes de comenzar con mi diarrea verbal.
—Sophia, no te voy a negar que toda la mierda que pasa con mis padres no me afecta, porque estaría mintiendo y las mentiras no me gustas—ella se queda atenta a mis palabras—Lo que me tiene incomodo son sus peleas constantes, es difícil acostumbrarse cuando tenían un matrimonio donde las peleas eran escasas.
Siento mis ojos arder, pero contengo las lágrimas.
—No es que era un matrimonio perfecto, porque eso no existe, pero si eran un matrimonio feliz, uno que casi no peleaba o que respetaba a su hijo—siento una lagrima correr por mi mejilla—Al ser hijo único, me siento solo cuando ellos discuten, no tengo hermanos mayores o menores. No es como Liam que puede apoyarse en Daphne o Daphne en Liam.
Suelto un pequeño sollozo.
—Lo siento, llorar no es lo mío...
—Llorar es de los seres humanos Axel—seca mis lágrimas—que seas hombre, no significa que no tengas el derecho a llorar y tampoco te hace menos varonil.
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Amándote a Escondidas © | En edición
RomanceDos adolescentes. Una supuesta rivalidad. Un amor a escondidas. Una chica amorosa y amante a la lectura. Un chico con el ego por el cielo y amante al deporte. Dos mundos completamente distintos. Dos familias, un secreto, una ¿infidelidad? •Daphne y...