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Son las dos de la mañana y yo estoy sentada en el borde del jacuzzi con mis pies dentro del agua calientita.

¿Por qué? Bueno, es que mientras los amigos de Ruggero armaban su propia fiesta, yo me incomodé con tanta gente y terminé subiendo al jacuzzi que hay en mi parte de la casa.

Ya sé que no es mi parte de la casa, pero mi habitación está aquí así que elijo creer que esta es mi zona. Completa.

—¿Sigues despierta?

Levanto la mirada cuando veo a Ruggero, sonrío.

—¿Qué haces tú aquí? Creí que estaban en la sala de cine viendo películas o algo.

—Ya se fueron todos a dormir. —explica.— Cosa que tú deberías hacer también.

—Tal vez, pero estoy cómoda aquí. —admito.— Le gustas a Karen.

Su risa no tarda en aparecer mientras niega, yo asiento segura de lo que digo y se vuelve a reír.

—¿Cómo le voy a gustar a Karen?

—Te juro, esas miradas hacia mí no eran por curiosidad de saber quién soy. —me río.— Le gustas, y toda la noche, se pasó diciéndole cosas de ti a Diana.

—Diana es la hermana. —me explica.— Mira, Diana es la novia de Maxi, y siempre que Maxi hace algo, incluye a la novia, naturalmente, y ella, incluye a su hermana, y su hermana incluye a su mejor amiga. Siempre vienen en combo.

—Pues es notorio que ese combo odia a Valentina. Y una de ese mismo combo, me estaba odiando a mi porque estabas hablando conmigo.

Muevo las cejas con gracia causando su risa. Niega y suspira antes de decir;

—Ya que estás aquí, háblame de tí. Vivimos juntos pero te conozco poco.

—Ah bueno, eso se soluciona. —me acomodo para hablar.— ¿Qué quieres saber?

—Tu estado civil o sentimental.

Su rápida respuesta me hace mirarle, carraspea.

—O sea, toda esa información básica de la gente, ¿No?

Me río mientras asiento. Lo he entendido.

—Pues mira. —suspiro.— Estoy soltera, lo he estado desde hace tres años, y lo voy a estar el resto de mi vida.

—¿Por qué dices eso?

—Porque iba a casarme.

—Oh... ¿Te dejaron plantada?

—Algo así. —tomo aire.— En realidad... Bueno, la realidad es que hace tres años, el amor de mi vida, desapareció.

—Insisto, ¿Te dejó plantada?

—Ya te dije que algo así. —es mi turno de insistir. Se enoje de hombros.

—Es que no entiendo.

—Estaba cursando el cuarto semestre de la universidad, se fue de viaje con sus amigos, a la selva amazónica y en una excursión que hicieron, mi novio, dos compañeras y el guía, desaparecieron sin dejar rastros.

—Oh, yo...

—Todos murieron, las investigaciones dicen que debido a las condiciones en las que estaban. Los cuerpos fueron encontrados con semanas de diferencia, es obvio. Se perdieron en una inmensa selva.

—Lo siento, no debí preguntar.

—No, tranquilo. —sonrío.— Han pasado tres años, tiempo suficiente para poder por lo menos hablar de eso.

Angel Of My DreamsDonde viven las historias. Descúbrelo ahora