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Tiempo después.

—¿Ya todos pusieron sus huellas?

Isabel analiza el lienzo y comienza a contar las huellas, me río mientras limpio mi pulgar con el pañuelo.

Por fin se decidieron a confesarnos el sexo del bebé. Y me estoy muriendo de nervios por saber.

Todos coincidimos con que queremos una niña. Quiero ser tía de una nena.

Y mamá de un niño. Eso es lógico.

—¿Ya se tomaron las fotos todos? —se incorpora.

—Ya, mujer. No te estreses. —le dice Ruggero.— Disfrútalo y ya.

—Es una perfeccionista, nunca se va a calmar. —confiesa Leonardo causando nuestras risas.— Entonces, ¿Quién ya sabe el sexo del bebé?

—Mi tía. —musita Isabel.— Es la única que sabe.

Emocionada doy pequeños saltitos. Dentro de nada vamos a saber. Evidentemente estoy feliz.

—Las galletas estaban buenísimas.

Agustín se pone a nuestro lado y le miro riendo en el proceso.

Siempre que hay reunión familiar, ellos tienen que estar.

Ahora sí entiendo cuando Antonella dice que son como sus hijos.

Aunque claramente, Maxi es el hijo calmado que no causa problemas. Y Agustín el hijo problemático.

—¿Te acabaste las galletas?

Asiente relamiendo sus dedos y me río.

Agustín tenía que ser.

—¿Ya van a decirnos o todavía no?

—Todavía no. Faltan juegos y eso. ¿Dónde está Maxi?

—Ayudando con el asado, está muy interesado en la conversación con tu prima. —señala a Isabel.— Si es soltera, ¿Verdad?

Isa asiente, Agustín sonríe asegurando que entonces, nadie va a sacar de ahí a su amigo. Me río viendo a Ruggero saludar a la rubia que acaba de llegar.

Agustín no lo sabe todavía, pero Valentina ha vuelto a la soltería. Y le sienta muy bien.

—Buenas tardes. Lamento el retraso.

Y bueno...

Sin decir nada, Agustín se aleja y va directo con Antonella que se encuentra acomodando bocaditos en la mesa.

Valentina aprieta los labios evidentemente molesta y yo camino hacia mí novio saltando a sus brazos.

Ruggero sonríe besando mi cuello.

—¿Te encuentras bien? Esta mañana te escuché vomitar.

Asiento retirándome el cabello de la cara.

—Ya sabes que mi relación con él picante es muy masoquista. —musito dejando besos en su mentón.— Ayer comí un poco de picante en la salida con mis amigos. Me hizo daño.

Angel Of My DreamsDonde viven las historias. Descúbrelo ahora