—¿Todo listo?
Hago un sonido de afirmación mientras chupo la cuchara y Lupe me reprende. Sonrío inocente.
No es mi culpa.
Esa crema que hizo para los camarones está riquísima.
Y encima estoy en mi periodo, el apetito se me abre cuando estoy así.
Mis días menos favoritos del mes.
Sobre todo tratándose del primer día. El primer maldito día.
Mínimo pude sobrevivir a la fiesta de Pasquarelli sin periodo.
—Huele riquísimo.
Leonardo entra a la cocina y pregunta qué está preparando. Y mientras Lupe le explica, yo me robo más crema y finalmente abandono la cocina.
Ahora sí estoy llegando tarde. Muy tarde.
Prometí que acompañaría a mi hermano a hacer unos pendientes del trabajo y debería estar ya en casa.
Subo a mi habitación para buscar mi mochila en dónde guardo todo lo que necesito para salir y finalmente, bajo corriendo.
Me despido de Lupe y Leonardo haciéndoles saber que nos veremos el lunes y finalmente, abandono la casa.
Atravieso el gran jardín mientras busco mi teléfono en mi mochila. Ha comenzado a sonar.
—Ya voy. —digo tan pronto contesto.
—Ya salí de casa, alcánzame en la dirección que te voy a mandar.
—Pues ya qué. —bufo buscando mis llaves.— Ahora mismo tomo un taxi.
—Pero apúrate.
Finalmente me cuelga, le saco la lengua al teléfono y finalmente lo guardo mientras abro la puerta.
Tan pronto lo hago, veo a Ruggero a punto de entrar. Me hago a un lado.
Curioso.
No se llevó el auto a la fiesta, y por ende, no llegó a dormir. Y ahora, siendo las doce del medio día, está llegando a casa con su corbata en la mano y una mancha de labial en su camisa.
Es curioso porque Karen no fue a la fiesta. Definitivamente no fue.
—Buenos días.
Le sonrío como respuesta y le dejo pasar mientras concluyo que seguramente, se vio con Karen después.
Tiene lógica.
—¿Vas a salir?
—Si, tengo cosas que hacer. —resumo.— Nos vemos el lunes.
—¿Vas con tu amigo especial?
Detengo mi huida para mirarle riéndome en el proceso.
¿Y qué le importa?
—Puede ser. —elijo decir.— Se me hace tarde. Nos vemos.
Finalmente abandono la casa, y como le he dicho a mi hermano, busco conseguir un taxi.
Paso gran parte de mi sábado ayudando a mi hermano a hacer todo lo que necesita. Comemos juntos en el centro y cuando volvemos a casa, Clara y Lucrecia no tardan en aparecer.
Mamá nos cocina algo rico para la cena y ese día, no hacemos más que ver películas, hablar un poco y dormir.
El domingo, he despertado de mal humor.
Bueno, tuve un sueño. Uno en el que Abraham estaba muy presente. Y eso ha removido todo en mi interior.
Maldita sea, extraño al amor de mi vida.
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Angel Of My Dreams
FanfictionY entonces llega un momento en el que simplemente entiendes que el amor no fue hecho para la vida real.