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—Tienen que calmarse, me están poniendo nervioso.

Charlie se aferra al volante mientras Agustín le repite que tenemos que irnos ya. Tenemos que llegar.

Me mantengo en mi lugar intentando controlar mi respiración mientras le escribo a Clara. Necesito que esté en la clínica.

Tan pronto como Charlie consigue estacionarse, nos bajamos del auto.

—Charlie. —le llamo antes de que entre.— Tienes que salvarlo.

Asiente, sujeto su camisa entre mis manos.

—Si tú no salvas a Ruggero, yo jamás te voy a perdonar.

Y ahora estoy llorando.

—Haré todo cuánto esté en mis manos. —promete. Sollozo negándome a soltarlo cuando Agustín me toma del brazo.

—No, tienes que salvarlo. Él tiene que estar bien.

—Déjalo ir. —me pide Agustín.— Si sigue perdiendo el tiempo, puede ser grave para Ruggero.

Lo dejo ir, y tan pronto se pierde de nuestra vista, comienzo a llorar apoyada en el pecho de Agustín.

Ni siquiera sé qué pasó o por qué.

No entiendo nada.

Cuando logro calmarme, me suelta y entramos a la sala de emergencias.

Y aunque no está bien, uso la maldita excusa de trabajar aquí para poder entrar. Necesito saber qué está pasando.

—Karol.

Nadie me detiene, le miro sin saber qué estoy haciendo o a dónde está yendo.

—¿Qué haces aquí?

—Me tocó guardia. —explica.— ¿Qué tienes? ¿Tiene que ver con el accidentado que trajeron? Dijeron que no tiene posibilidades. La cirujía a la que le van a someter es complicada.

—¿No tiene posibilidades? —comienzo a llorar más fuerte.— ¿Qué le pasó? ¿Cómo que accidente? Necesito saber qué pasó y nadie me dice nada.

—¿Conoces al hombre?

Asiento. Ella se cruza de brazos.

—No te voy a mentir, hay pocas probabilidades de que sobreviva. Fue un accidente fuerte.

—¿Accidente?

—Está en los medios de comunicación, un hombre ebrio chocó su moto y bueno, las heridas son graves. El casco le protegió de una muerte segura.

Mi llanto se intensifica, ella me abraza preguntando qué relación tengo con él. Pero estoy tan ocupada llorando que no puedo responder.

Escucho a Agustín, Nadia le pregunta si me conoce y cuando él le dice que si, me deja ir con él.

—Por ahora no pueden hacer nada. —nos asegura.— Charlie está en el quirófano, esperemos que salga bien.

—¿Cuándo vamos a saber si está bien?

—Quizá dentro de muchas horas. —admite.— Tranquilos, vayan a casa, descansen y...

Muchas veces me tocó decir eso mismo que Nadia nos está diciendo. Pero ahora que me lo dicen a mí duele en serio demasiado.

Y me niego a irme.

De aquí no me voy hasta que me digan que Ruggero está fuera de peligro.

—No fue su culpa. —dice Agustín.— Karen y Maxi están cubriendo todo con la policía. Necesitan encontrar al tipo que le hizo esto.

Angel Of My DreamsDonde viven las historias. Descúbrelo ahora