Hace tiempo no me sentía tan hermosa, sexy y... No sé, poderosa.
Me cuesta expresarlo, pero lo que estoy viendo ahora mismo frente al espejo, me encanta. Y por eso mismo, no he perdido la oportunidad de hacerme mil fotos.
Es que me gusta cómo me veo.
El vestido azul marino se moldea a mi cintura de una manera tan perfecta que me hace lucir impresionante mientras él resto del vestido cae haciéndome lucir elegante.
Y lo que más me encanta son los zapatos. Qué hermosas sandalias de tacón que me acabo de comprar.
Las cintas en mis muslos hacen que mis piernas se vean muy lindas. La apertura del vestido que exhibe mi pierna es lo mejor de todo.
No, creo que lo mejor es el escote de la espalda.
Es que no puedo decidir. Es un vestido perfecto.
—Karol, ya nos vamos.
Él aviso de Leonardo me hace salir de mi ensoñación, de inmediato me pongo el perfume suficiente y busco mi abrigo antes de salir en busca del resto de los habitantes de esta casa.
Salgo corriendo al jardín donde los autos esperan. Sonrío.
—Pero qué bonita. —musita Antonella.
—¿De verdad? —doy una vuelta para lucir por completo el vestido.
—Estás preciosa. —asegura Leonardo.— Tus ojos lucen hermosos con ese maquillaje.
Ay, de verdad me alegra escuchar eso porque estuve mucho tiempo intentando recrear el tutorial de pinterest.
Le agradezco mucho su comentario y él me sonríe.
—Bueno. —dice Bruno.— ¿Quién conduce?
—Yo conduzco este.
Leonardo toma las llaves que Bruno sostiene y Antonella se sube en la parte de atrás con Lupe.
Ah bueno, no me invitan.
—Entonces que Ruggero te lleve. —me dice Bruno. Me río.
—¿Ruggero está aquí?
—Si, aquí estoy. —musita saliendo al jardín.
Por un instante le miro, él me mira también y comienzo a sentirme nerviosa cuando me repasa con la mirada y traga saliva.
Carraspeo mirando al frente.
—Okey. —digo por fin.
—Nos vemos allá. —nos dice Bruno.— No tarden.
—No, papá. Salimos detrás de ustedes.
Ruggero camina hacia el auto y le sigo subiéndome en el asiento del copiloto.
El camino es silencioso excepto por la música.
Ni él me habla, ni yo le hablo. Pero parecemos estar bien con eso.
Al menos yo lo estoy.
Durante todo el trayecto, escribo en el grupo que hice con Lucrecia y Clara para contarles lo que está sucediendo.
Ambas son claras con sus consejos;
No debo desperdiciar la oportunidad.
Y suena sencillo. Pero en realidad no lo es.
Nos detenemos un buen rato después cuando Ruggero se estaciona en un extenso lugar que se ve considerablemente lleno de autos lujosos.
Y mucha gente elegante se está bajando de ellos.
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Angel Of My Dreams
FanfictionY entonces llega un momento en el que simplemente entiendes que el amor no fue hecho para la vida real.