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No levanto la mirada del suelo, siento que todo me está dando vueltas ahora mismo mientras escucho a Ruggero hablar por teléfono.

Ashley, sentada en el sillón, acepta el vaso de agua que Valentina le ofrece mientras Lucrecia acaricia su espalda. Acaba de salir de un shock enorme.

Y yo acabo de entrar.

¿Qué mierda se supone que está pasando?

¿Abraham vivo? ¿De regreso a casa?

Pestañeo intentando alejar las lágrimas y trago saliva aguantando las ganas de irme de aquí. Necesito entender lo que está sucediendo.

—Hecho. Muchas gracias.

Ruggero cuelga la llamada y levanto la mirada, pero no puedo sostenerla en él. No entiendo lo que estoy sintiendo ahora mismo.

—Es correcto. Lo han encontrado. —musita y Ashley rompe a llorar de nuevo.— Mañana en la mañana su avión estará llegando.

—Oh, Dios mío.

Lucrecia se lleva las manos al rostro intentando contener el llanto. Muerdo mi labio inferior mientras muchos recuerdos del pasado comienzan a recorrer mi mente.

Mierda.

—¿Estás bien?

La pregunta de Agustín llama mi atención, y antes de que pueda siquiera pensar en lo que debería decir, comienzo a llorar como si él mundo se acabara.

Está vivo.

Abraham está vivo.

He soñado con este momento durante años. Y ahora que es real simplemente me cuesta entenderlo.

Valentina me abraza y yo no paro de repetir que Abraham está vivo. Siento que si dejo de decirlo, va a dejar de ser real.

Y yo no quiero que deje de ser real.

—Ve por agua. —susurra Valentina mientras me ayuda a sentarme en el sillón.— Estás quemando. Te pusiste pálida.

No respondo, solo llevo mis manos a mi rostro. Me duele la cabeza.

—Está vivo, cielo.

Ashley toma mi mano. Le miro.

—Te dije que sucedería. Te dije que nuestro amor volvería.

De nuevo estoy llorando.

Mierda, ni siquiera sé qué estoy haciendo. Me duele y no sé por qué.

—Creo que lo mejor es que vayan a casa y descansen. Les espera un proceso largo y cansado. —les dice Agustín.— Así como también Karol necesita pensar en lo que está sucediendo.

—Es cierto. Tenemos que ir a preparar su habitación. —musita una emocionada Ashley.— Quiero que encuentre todo como lo dejó.

Lucrecia asiente limpiándose las lágrimas. Apoyo mi cabeza en el sillón. Me siento mal.

—¿Te encuentras bien?

Niego ante la pregunta de Valentina.

Me duele el cuerpo. Y quiero vomitar.

Intento ponerme de pie pero el mareo es fuerte. Mierda.

—Vamos a casa. —insiste Ashley.— Hay mucho que tenemos que hacer.

—Mamá. —advierte Lucrecia.— Creo que lo mejor para Karol es dejarla descansar.

Indecisa asiente, me da un fuerte abrazo y se pone de pie. La escucho agradecerle a Ruggero un rato más hasta que finalmente se marchan.

Angel Of My DreamsDonde viven las historias. Descúbrelo ahora