Mis ex están en todas partes. Jimo Yao.

Capítulo 35. El quinto ex.

Capítulo 35. El quinto ex.

La cuarta tribulación amorosa de Qiao Xuan ocurrió hace quinientos años.

En esa vida, nació en el Yermo Occidenal, sin nombre. La gente lo llamaba "el monstruo feo".

Su aldea estaba ubicada en lo profundo del Yermo Occidental, cerca de las montañas nevadas. El entorno era peligroso, casi sin vegetación, pero precisamente por eso, pocos monstruos querían venir a este lugar desolado. Era uno de los pocos lugares pacíficos. Para sobrevivir, los aldeanos construyeron un pueblo oculto al pie de las montañas nevadas, trabajando desde el amanecer hasta el anochecer.

Se dice que cuando nació, ya era extremadamente feo. Sus padres originalmente no planeaban quedarse con él y lo arrojaron al chiquero para que se las arreglara solo.

Los cerdos acorazados eran de las pocas bestias que se podían domesticar en el Yermo Occidental. Aun así, tenían piel gruesa, carne dura y un temperamento feroz. A menudo se necesitaban más de diez personas para matar a uno. Sin embargo, debido a su naturaleza perezosa y poco activa, podían ser criados con dificultad.

Sus padres pensaron que el niño seguramente moriría en el chiquero, pero quién hubiera imaginado que tendría suerte. Una cerda en el corral acababa de parir y le dio un poco de leche, permitiéndole sobrevivir.

Viendo que era resistente, sus padres lo recogieron de nuevo y ocasionalmente le daban algo de comer.

Cuando tenía dos o tres años, ya tenía que aprender a hacer tareas para la familia, de lo contrario sus padres lo golpeaban o regañaban.

Los otros niños de la aldea también lo acosaban, lo llamaban monstruo feo, lo maldecían con palabras desagradables y crueles, y lo golpeaban.

Debido a su fealdad, soportaba toda la malicia de la aldea.

Nadie lo quería.

No entendía por qué era así.

Solo sabía que era un monstruo feo, alguien que no era favorecido por el cielo.

Para sobrevivir, recogía basura para comer, soportaba los golpes y los insultos de los demás, dormía en un nido de paja, era echado afuera en pleno invierno... Todo esto se había vuelto normal para él, como si hubiera nacido para soportar estas cosas.

Pensaba que así era la vida.

En el año en que tenía siete u ocho años, no lo recuerda claramente, tal vez fue así... En fin, un día, cuando regresó de recoger desechos, descubrió que la aldea había sido atacada por bestias demoníacas.

Un grupo de grandes pájaros negros con dientes afilados masacraban ferozmente a la gente de la aldea, destruían sus casas, se llevaban a los humanos vivos y los mataban cruelmente antes de irse.

La aldea quedó en ruinas.

Los sobrevivientes comenzaron a limpiar los escombros. La escena era terrible, y él participaba en el trabajo mecánicamente como siempre.

En la tranquilidad de la noche, acurrucado en su nido de paja, de repente fue arrastrado por sus padres.

Lo llevaron a un terreno abierto.

El anciano de la aldea lo miró con disgusto, dio vueltas a su alrededor unas cuantas veces, y luego anunció que él había atraído a los malvados monstruos y que debía ser sacrificado para apaciguar la ira de los monstruos y evitar que volvieran a atacar.